Se activó el escudo antimisiles de EEUU y crece la tensión en la península coreana

Se trata del poderoso sistema THAAD, diseñado para derribar cohetes a gran altura. La medida causa rechazo en Corea del Norte, China y Rusia.

Internacionales 02/05/2017
THAAD

El Ejército de Estados Unidos informó este martes que ya se encuentra operativo el escudo antimisiles que Seúl y Washington acordaron instalar en julio y que es rechazado por China y Rusia, mientras Pyonyang acusó a EEUU de acercar la guerra nuclear a la península coreana, luego de que bombarderos estratégicos de ese país volaran sobre la zona en un simulacro de entrenamiento con la Fuerza Aérea surcoreana.

"Las Fuerzas de Estados Unidos en Corea (USFK, por sus siglas en inglés) confirman que el sistema de Defensa Aérea Terminal de Gran Altura (THAAD) se encuentra operativo y tiene la capacidad de interceptar misiles norcoreanos y defender a la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur)", indica un comunicado del organismo militar enviado a la prensa y reproducido por la agencia de noticias EFE.

El sistema THAAD intercepta las cabezas explosivas de los proyectiles balísticos al final de su curso medio y durante la fase de aproximación al blanco; también protege ciudades e instalaciones clave de proyectiles balísticos de corto alcance o estratégicos.

Esgrimiendo el peligro norcoreano, Seúl y Washington acordaron el despliegue de ese sistema, contra la fuerte oposición de China y Rusia, en julio de 2016.

El escueto anuncio oficial estadounidense, firmado por el coronel Richard Manning, ocurre apenas una semana después de que comenzó la instalación del THAAD en un antiguo campo de golf de la localidad de Seongju, a unos 200 kilómetros de Seúl.

La noticia se conoce en un momento de creciente tensión en la península coreana a raíz de los repetidas pruebas de armamento de Pyongyang, y cuando dos bombarderos estratégicos B1 estadounidenses de la base aérea Andersen en la isla de Guam, participaron ayer en maniobras con fuerzas de Corea del Sur y Japón, lo que despertó una reacción norcoreana.

Las maniobras gatillaron la respuesta de Corea del Norte, que acusó a Washington de acercar la guerra nuclear a la península coreana.

Los bombarderos realizaron "un simulacro de lanzamiento de una bomba nuclear contra objetos importantes" en momentos en que Trump y "otros belicistas estadounidenses claman por llevar a cabo un ataque nuclear preventivo" contra Corea del Norte, dijo hoy la agencia oficial norcoreana KCNA.

"La provocación militar imprudente está llevando la situación en la península coreana al borde de la guerra nuclear", agregó la agencia estatal.

El vuelo de las aeronaves ocurrió ayer lunes luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, abrió la puerta a un encuentro con el líder de Corea del Norte, Kim Jong un, pese a que Pyongyang sugirió que seguirá probando armas nucleares.

El portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, Moon Sang-gyun, dijo en una sesión informativa en Seúl que el simulacro conjunto de la víspera se realizó para disuadir las provocaciones norcoreanas y poner a prueba la preparación frente a otro posible ensayo nuclear.

China pidió la suspensión "inmediata" del despliegue del sistema antimisiles, informó la agencia de noticias TASS.

"La posición de China es clara y firme. Nos oponemos al despliegue del sistema THAAD y urgimos a las partes involucradas a que cesen inmediatamente su despliegue. Tomaremos las medidas necesarias para defender nuestros intereses", dijo el vocero de la cancillería, Geng Shuang.

La decisión de desplegar el sistema había generado temores en China, donde expertos advierten que puede debilitar su capacidad misilística y alegan que altera el equilibrio de seguridad regional. 

Según los analistas, esta única batería THAAD no es suficiente para proteger a todo el territorio de Corea del Sur, y serían necesarias dos o tres para lograr ese objetivo.

Por otra parte, buscando poner paños fríos al tema, Beijing valoró como una señal "positiva" las palabras de Trump, de estar dispuesto a reunirse con Kim Jong-un.

"Hemos tomado nota de las recientes declaraciones y los positivos gestos que incluyen, y pensamos que Estados Unidos y Corea del Norte, como actores principales en la desnuclearización, deben emprender esfuerzos creíbles y mostrar buena fe", dijo Shuang en rueda de prensa.

El THAAD está rodeado de polémica en la propia Corea del Sur donde los agricultores de Seongju, la región donde fue desplegado, se muestran preocupados por la posibilidad de que su localidad se convierta en objetivo de ataques norcoreanos.

También reclaman por los efectos que los potentes radares del escudo tengan sobre su salud y sus sembrados.

Muchos surcoreanos consideran que el despliegue se hizo de manera precipitada y que fue aprobado por un gobierno depuesto por un caso de corrupción, postura que defiende el candidato favorito a convertirse en nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, que habló de una posible revisión del acuerdo.

A esto se agrega que el presidente norteamericano Donald Trump dijo la semana pasada que Seúl debería pagar los 1.000 millones de dólares que cuesta el THAAD, algo que el Gobierno interino surcoreano descartó, recordando que tuvo que adquirir los terrenos para el escudo.

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