La niña mutilada por un secarropa no logró conservar el brazo reimplantado

A causa de un hongo muy agresivo debieron volver a operar a la beba Berenice Saldaño. La beba de un año y medio que tuvo la horrible curiosidad de meter el brazo en un viejo secarropas en funcionamiento y la fuerza centrífuga se lo arrancó desde el codo.

Salud 08/02/2018
brazo - nena tartagal

Toca dar la noticia que nadie querría leer ni escuchar. Berenice Saldaño no logró conservar el brazo que había sido operado luego de que un viejo secarropas en funcionamiento se los arrancará en Zanja Honda.

De acuerdo con el informe médico, publicado por El Tribuno, la causa fue un hongo muy agresivo que le provocaba picos de fiebre puso a los médicos a decidir entre la vida del brazo y la vida de la pequeña.

Recordemos que los primeros auxilios fueron impecables, desde la lucidez de su mamá al conservar el miembro amputado, el traslado sanitario veloz, las 8 horas de reimplante en el Materno Infantil de la ciudad de Salta, y la ilusión de una revascularización exitosa con dos semanas de sangre circulando hasta los dedos. 

"Tengo una desazón muy grande, nunca se acostumbra uno en estos finales aunque estaba dentro de las posibilidades que pudiera ocurrir. Es que ningún cirujano que se dedica a la reconstrucción quiere hacer un muñón, uno quiere hacer que viva el miembro amputado, pero la historia terminó así. Todo el equipo está muy triste", dijo el microcirujano Paul Coronel. 

Todavía alejado de la resignación, comentó: "Hicimos todo para no tener que amputar y nos ilusionamos mucho porque durante doce días sobrevivió el implante irrigando hasta los dedos. Eso ya era un milagro pero, evidentemente, pesó más el tiempo que estuvo muerto el bracito que es un caldo de cultivo de bacterias que viven sin oxígeno. Fueron 7 horas sin circulación de sangre y sin oxígeno y eso explica la micosis que determinó la amputación". 

Coronel agregó: "Estábamos preocupados por los picos de fiebre, se hicieron los análisis y en los resultados se vio que era un hongo muy agresivo, y los terapistas evaluaron que se iba a extender y eso era riesgoso para la vida de la niña. Este hongo produjo una necrosis vascular y de tejidos difícil de controlar así que hubo que reintervenirla y amputarle el reimplante. El muñón le quedó a la altura del tercio superior del brazo". 

"Es difícil de imaginar lo que se siente. Con estas experiencias aprendemos lo finitos que somos; que ponemos todo pero a veces es nada. Son los límites de la ciencia. Uno no se puede empecinar con un paciente por la gloria personal o profesional; porque que sobreviva el brazo hubiese sido una gloria profesional, pero siempre primero está la vida", finalizó el médico en una profunda contricción. 

La beba sigue en terapia intensiva. La evolución es más previsible ahora, aunque menos emocionante.  

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