Cuestionan la aplicación del fallo sobre educación religiosa en Salta
Padres que llevaron el reclamo ante la Corte, cuestionaron a la ministra Berruezo, quien manifestó días atrás que los estudiantes que no vayan a las fiestas patronales se quedarán en el aula.
Educación15/04/2018El Tribuno/ Representantes de las familias que llevaron la educación religiosa en escuelas públicas de Salta ante la Corte Suprema de Justicia, cuestionaron el cumplimiento del fallo por parte del Ministerio de Educación de la Provincia.
El tribunal superior ordenó en diciembre de 2017 que la materia de religión se dictara fuera del horario escolar y que las autoridades hagan lo necesario para que cesen los ritos religiosos en horario escolar.
Sin embargo, la ministra de la cartera educativa, Analía Berruezo, días atrás manifestó ante diputados provinciales que la participación de las escuelas en fiestas patronales de los pueblos está contemplada en el calendario escolar.
Sobre la visita que hacen cada año los escolares a la Catedral Basílica durante la festividad del Señor y la Virgen del Milagro, la titular de Educación aseguró: "Nosotros ni obligamos ni prohibimos. Se entendió muchas veces que la educación religiosa era una obligación y no es así; con las fiestas patronales y el Milagro vamos a trabajar de la misma manera como cuando los chicos participaban masivamente, los que no participen se quedan en la escuela".
Los dichos de la ministra fueron cuestionados por Fernando Climent, uno de los padres que reclamó por el cese de las clases y las prácticas de religión en escuelas públicas, y por Graciela Abutt, abogada que patrocinó a las familias mientras la causa por la educación religiosa estuvo en la Justicia de Salta.
En diálogo con El Tribuno, Abutt evaluó que del mismo fallo surge que es inviable lo que planteó la ministra. "El Ministerio de Educación vuelve a caer en el grave error de hacer diferencias -que en términos jurídicos son discriminaciones-, que fueron enérgicamente condenadas en la sentencia de la Corte Suprema de Justicia", consideró.
La letrada planteó que Berruezo insiste en las diferencias entre los grupos religiosos, "cuando la Corte reconoce que la igualdad debe ser pensada en términos estructurales".
Abutt opinó que participar de las festividades religiosas presupone un previo pronunciamiento de todos los alumnos sobre sus creencias religiosas. Explicó que "esto es algo que la Corte condenó de manera particular, teniendo en vista la privacidad y el principio de reserva y el "derecho de silencio' de la Constitución Nacional en su artículo 19".
"No debemos olvidar que los jueces de la Corte coincidieron en que en el sistema educativo salteño "existen patrones sistemáticos de trato desigualitario hacia grupos religiosos minoritarios y hacia los no creyentes'", expresó la abogada y observó que, aun en la disidencia parcial del juez Horacio Rosatti, los miembros del tribunal señalaron que en Salta existe "una grave afectación a los derechos constitucionales de las minorías salteñas".
"La ministra debería tomar nota de ello y no incurrir en discriminaciones encubiertas bajo la declaración de "no obligatoriedad' de asistir a estas festividades. Todos sabemos que muchos de los operadores educativos bajo sus propias creencias personales encuentran la forma, sutil o no, de obligar a la concurrencia de las festividades católicas", señaló.
"Creo que la neutralidad religiosa, que se ha mencionado en la sentencia de la Corte, es el norte a seguir pero a esa interpretación tienen que llegar los asesores del Ministerio de Educación", cerró.
Climent, al hablar con El Tribuno, se mostró preocupado porque consideró que no se cumple con el fallo de la Corte Suprema: "No sé adónde pretenderán que se llegue -¿a la Corte Interamericana (de Derechos Humanos)?- para tratar de plantear que lo que se hace termina dañando las relaciones y el comportamiento de los alumnos y que la igualdad que se pregona dentro de las escuelas públicas no existe".
El hombre consideró que, ante la invitación de la Iglesia y por lo que dice la Constitución de la Provincia, los padres podrían pedir a las escuelas que llevaran a sus hijos a la Catedral. Sin embargo, observó que no son muchos los padres que piden clases de religión. "No hay números reales de que los padres hayan solicitado educación religiosa ni, mucho menos, ir a la Catedral".
Climent planteó que el padre que quiera que su hijo vaya a la Catedral debería llevarlo y que la escuela no debiera promover esto porque -sostuvo- sería parte del currículum oculto. "Se oró el primer día de clases, se bendijo, ese tipo de cosas siguen todavía latentes", contó y lamentó que desde el Ministerio negaran esta realidad.
"Ella (por Berruezo) niega que haya educación religiosa encubierta en talleres de valores, como en la escuela Urquiza, que son dictados por profesores de educación religiosa", reveló y cuestionó que no se transparentaran los contenidos que se brindan en estos talleres.