Balance 2019: Luciano, el niño que salvó dos vidas y conmovió a los salteños

El pequeño de 9 años fue diagnosticado con muerte cerebral y se convirtió en el primer donante del Hospital Público Materno Infantil. Ahora vive en el cuerpo de un nene y una nena. Repasamos la historia que más nos hizo emocionar este año.

Sociedad 29/12/2019 María Cecilia Agüero
Luciano

“Donar órganos, salva vidas” no es tan solo una frase hecha, sino una realidad que se puede comprobar fácilmente cuando vemos a personas cuyas vidas cambian por completo, y para mejor, cuando logran someterse al trasplante que necesitan. Para ello, obviamente, tienen que existir otras personas, que estén dispuestas a ser donantes.  

Los papás de Luciano, un pequeño de 9 años y primer donante del Hospital Público Materno Infantil fueron capaces de entenderlo así, en medio del dolor por la pérdida de su hijo. Entendieron que esos órganos que él ya no iba a necesitar, serían de vital importancia para otros nenes que luchaban para poder seguir viviendo.  Fue así como el lunes 7 de octubre pasado, su corazón, riñones y córneas fueron ablacionados.

Cuatro días antes, Luciano sufrió un status epiléptico y los médicos le diagnosticaron muerte cerebral. Sin titubear, Débora, su madre les dijo a los médicos que su hijo tenía un fin en el mundo y era el de donar órganos para que otra mamá no pase lo que ella estaba viviendo. En las siguientes 72 horas se preparó todo para poder cumplir con los protocolos dispuestos para una ablación.

Profesionales del Hospital Italiano volvieron ese mismo día a Buenos Aires con su corazón. Allí lo estaría esperando Dylan Gómez, un nene chaqueño de tan solo 4 años de edad que estuvo varios meses en el primer lugar en la lista de espera nacional. Necesitaba uno sano y de una persona que pese menos de 30 kilos, Luciano fue su donante perfecto.

Dylan padecía una grave enfermedad cardíaca, que lo impulsó a atravesar casi una decena de operaciones. A sus 18 meses de vida comenzó con dificultades respiratorias y una hinchazón abdominal, tras varios análisis le detectaron miocardiopatía hipertrófica dilatada.

Pero su vida dio un giro de 180 grados gracias a la importante  decisión que tomaron los padres de Luciano, pudo ser operado y al día siguiente Mario Gómez, su papá difundió un video en que se lo podía ver sentado en la cama del hospital, saboreando un yogurt y con una sonrisa en su rostro.

“No tengo palabras, esto es lo mejor que me pasó la vida, mi hijo volvió a vivir y yo también. Ojalá pueda encontrarme con esa mamá y decirle que Dylan va a ser su hijo también. Esto es inmenso, la peleamos desde hace mucho, lo más lindo de la vida es esta buena noticia”, dijo el hombre en ese momento.

Otro pedacito de Luciano se quedó en Tartagal, una niña de 11 años, cuyo nombre no fue dado a conocer recibió su riñón. La pequeña, bajo tutela del estado por las limitaciones económicas de su familia, tenía necesidad de diálisis y vivía en la institución Pequeños Hogares.

Ni bien se enteró de que finalmente el órgano había llegado, su tutora tramitó de inmediato su traslado al Hospital Garraham de Buenos Aires, donde fue trasplantada la madrugada del 8 de octubre.  

Por el acto de amor inconmensurable de una familia, otras dos se llevaron una alegría enorme, dos nenes dejaron de sufrir y Luciano, un angelito que ahora vive en el cielo, se convirtió en un gran ejemplo a seguir.

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