Quedó atrapado en un disturbio policial, le dispararon y perdió un ojo
La familia del joven contó que el ojo izquierdo está muy comprometido y los médicos hacen grandes esfuerzos para salvarlo. Podría quedar ciego.
Policiales26/02/2020Luciano Cruz de 19 años, permanece internado desde el lunes en el Hospital San Bernardo, luego de quedar atrapado en un disturbio policial cuando regresada de trabajar en un lavadero. Su familia asegura que efectivos le dispararon, perdió un ojo y el otro está seriamente comprometido. “Puede quedar ciego”.
Según contó Carina, su madre, a El Tribuno el lunes salió de trabajar y antes de ingresar a su casa en el barrio Norte Grande fue alcanzado por balas de gomas que efectivos policiales de la décima repartían en una trifulca al frente de su casa. "No tuvieron piedad para ayudarlo, lo dejaron tirado después de haberlo acribillado a balazos", sostuvo la mujer.
"Justo ayer -por el lunes- estaba de viaje y recibí un llamado cerca de las 13.30, me avisaron que a mi hijo le habían pegado un tiro en la cara, prácticamente lo fusilaron, lo acribillaron a tiros", contó la madre del joven en diálogo con El Tribuno, y siguió: "Además de la cara, recibió como diez tiros más en el cuerpo".
La madre contó que su hijo está en el San Bernardo con custodia porque, según le dijeron, “generó disturbios”. Algo que ella niega. El joven ingresó a quirófano el lunes por la noche, perdió un ojo e intentan salvarle el otro.
Aseguran que Luciano fue a trabajar el domingo a las 23 y salió el lunes a las 11 de la mañana, horario que suele hacer de manera habitual, sin embargo, hasta que realizan el cambio de turno y el dueño les paga la jornada laboral "demora prácticamente una hora más en retirarse del lavadero que está en Lerma y Zabala", dijo la madre. Cuando estaba llegando a su casa observó "un disturbio entre policías y personas de civiles al frente de nuestra casa y siguió porque quería llegar".
En ese momento el joven, padre y esposo, observó que uno de los uniformados "lo apuntó y después sintió el impacto, cayó al suelo, se sacó la remera para taparse la cara y siguió sintiendo los perdigones en su cuerpo". La madre dijo que todo ocurrió frente a su casa en la manzana 264 B, casa 18, del barrio Norte Grande.
"Le reventaron el ojo"
"Le tiraron con balas de goma, el ojo derecho lo tenía reventado a la mitad y el otro con un pedazo de perdigón, los policías se fueron y lo dejaron tirado, haciendo abandono de persona. Un vecino le limpió la cara, le pasaron un toallón y lo cargaron en una moto, porque la ambulancia no llegaba, fue trasladado al Papa Francisco donde se armó otro disturbio con los policías", contó Carina a El Tribuno. Por último la mujer exigió "justicia", "los policías no tuvieron dignidad ni compasión por mi hijo, tiraron a quemarropa". Radicó la denuncia el mismo lunes.