Si la decisión de transitar el camino de la adopción es tal vez la más importante en la vida de una persona o pareja, cuánto más trascendente es para la vida de niñas, niños y adolescentes. Según las estadísticas registradas en todo el país, el 92 % de los postulantes aspiran a adoptar niños de 0 a 3 años, sin problemas de salud o discapacidades. Sin embargo, este paradigma está empezando a cambiar.
Durante los últimos tres meses, un niño de 8 años fue dado en guarda a un matrimonio residente de la provincia de Córdoba, luego de la publicación de su convocatoria, el pasado 4 de enero. Además un matrimonio de la ciudad de Salta será guardador de un pequeño de 4 años que presenta diagnóstico de retraso madurativo global. Su convocatoria había sido publicada en octubre de 2019.
Y por último, una adolescente de 17 años vivirá en Córdoba bajo la guarda de un matrimonio de esa provincia. Esta convocatoria fue publicada en julio del año pasado, en plena fase 1 de aislamiento en el marco de las medidas sanitarias por COVID-19.
Estos ejemplos dan cuenta de una apertura de las familias que ven en estos llamados la posibilidad de brindar una familia a niños, niñas o adolescentes que las necesitan para su desarrollo integral y de manera secundaria ven satisfecho un profundo deseo por maternar y paternar.