Juana Viale (39) y su hija mayor, Ámbar de Benedictis (19), aterrizaron en Madrid, con un cargamento de valijas, ya que la bisnieta de Mirtha Legrand se instalará en París por un tiempo para empezar su propia aventura: estudiará Artes Visuales en una prestigiosa universidad francesa. Atrás quedó la emotiva despedida con Nacho Viale y Agustín Goldenhorn, el novio de Juana desde 2019 que, a tono con el protocolo sanitario impuesto en el país en tiempos de Covid-19, debieron decirles adiós en Ezeiza, con poco tiempo para abrazos y lágrimas.
También quedaban atrás las corridas y los malabares que hizo Juana para adelantar las grabaciones de los programas de La noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand, en El Trece; y los arreglos de último momento y los exámenes de admisión a los que se enfrentó Ámbar, egresada del Liceo Francés Jean Mermoz.
Pero los esfuerzos valieron la pena. Además de ser un sueño largamente acariciado por Ámbar –en el que cuenta con todo el apoyo familiar de la dinastía Legrand Tinayre y también de su papá, el músico Juan De Benedictis, hijo del conocido Piero–, el viaje marcará un desafiante capítulo en sus vidas. Por un lado, Juana descubrirá otros matices de la maternidad al tener a su hija a un océano de distancia mientras que “Ambarina”, como le dice cariñosamente su abuela Marcela, dará un salto de independencia para empezar a tejer sus proyectos.
Antes de hacer la entrada triunfal en París, madre e hija cumplieron con la cuarentena de diez días por ahora exigida a los argentinos que ingresan en Europa. Un aislamiento en modo flotante, a bordo del Attila, un superyacht de lujo. Fue en las paradisíacas aguas frente a Cerdeña, en la conocida Costa Esmeralda, donde ¡HOLA! las descubrió el fin de semana mientras navegaban por el Mediterráneo.
UN AUTÉNTICO PALACIO FLOTANTE
El imponente crucero en el que descansaron la nieta y la bisnieta de Chiquita es propiedad del empresario millonario Mauricio Filiberti (72, argentino), dueño de la empresa Transclor S.A y, desde este año, también de Edenor, en sociedad con José Luis Manzano y Daniel Vila. Construido por el astillero italiano San Lorenzo, según un proyecto de Officina Italiana Design (Francesco Paszkowski fue el responsable de los interiores), Attila (tiene bandera de Islas Caimán) se destaca por sus líneas modernas en 64 metros de eslora, con casco de acero; su valor estimado es de 30 millones de dólares. Cuenta con 275 metros cuadrados, cinco cubiertas, tres piletas, dos garages, parrilla y una cava para 500 botellas.
Durante el verano europeo, el supercrucero se convierte en el refugio de Filiberti y su joven mujer, la ex modelo nacida en Misiones Camila Pitana (30), donde reciben a familiares y amigos. El empresario es amigo de Marcela Tinayre, quien organizó la cuarentena de lujo para que su hija y su nieta descansaran. Marcela no estuvo a bordo y espera a sus chicas ansiosa en París, desde donde sigue conduciendo su programa de televisión Las rubias, al tiempo que goza de su ciudad preferida.
Hasta pisar tierra firme, Juana y Ámbar se dedican al dolce far niente: leen, nadan en el mar, practican paddleboard, andan en moto de agua… Y comparten largas jornadas de charlas bajo el sol mediterráneo antes de separarse por un largo tiempo. /La Nación/Hola