En medio de la escalada de tensión que vive el mundo por el conflicto entre Rusia y Ucrania, el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Joe Biden, ratificó su “inquebrantable apoyo” a Kiev, capital ucraniana.
Por su parte Vladimir Putin aseguró que no busca restaurar el antiguo imperio, en referencia a la URSS, mientras que el Parlamento ruso confirmó la decisión de reconocer la independencia de las regiones separatistas del este de Ucrania.
La ONU, condenó la decisión tomada por Moscú y aseguró que los principios de “la Carta de las Naciones Unidas no son un menú a la carta” y Rusia debe “aplicarlos a todos”, afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
“No pueden ser aplicados de manera selectiva. Los Estados miembros los aceptaron todos y deben aplicarlos todos”, continuó el referente del organismo internacional. La decisión de reconocer a los estados separatistas es “una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”.
Una de las cuestiones que preocupan en el plano internacional es la posibilidad de un enfrentamiento armado, este miedo se intensificó cuando Ucrania anunció la movilización de reservistas para engrosar las filas de su ejército. Es que el presidente de este país, Volodímir Zelenski, anunció la movilización de tropas para apoyar al ejercito que combate a milicias prorusas en el Donbás y contrarrestar la amenaza rusa en las fronteras.
Ante la sospecha de que las milicias prorusas son financiadas y apoyadas por el gigante euroasiático, Joe Biden denunció el comienzo de una invasión rusa en Ucrania. Por esto anunció sanciones económicas y suministros armamentísticos para Ucrania. “Este es el comienzo de una invasión rusa de Ucrania", dijo el presidente estadounidense en un discurso a la Nación desde la Casa Blanca.
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