Desastre en la ruta 68 con la primera lluvia fuerte de la temporada
Una especie de tornado derribó árboles, escoró embarcaciones, voló techos e hizo crecer arroyos a su cota máxima.
Clima26/11/2013Un vendaval de viento, lluvia y granizo se abatió poco después de las 16 de ayer sobre la zona del dique Cabra Corral, Coronel Moldes y la serranías de Guachipas, causando pánico, desbordes de cursos de agua y el corte del suministro eléctrico en varias localidades.
Con vientos huracanados que superaron los cien kilómetros por hora, según estimaciones de los pobladores de la zona afectada, la tormenta desbordó en pocos minutos la capacidad de las fuerzas públicas, que no pudieron recibir ayuda inmediata por el corte de la ruta 68 a la altura del arroyo Tilián.
Sobre la ruta que conduce al más grande espejo de agua de la provincia se produjeron enormes derrumbes que cortaron el tránsito vehicular, mientras que en los campings de todo el litoral del Cabra Corral se reportaron caídas de árboles y de postes de alumbrado, y varias embarcaciones que se hallaban fondeadas escoraron y terminaron en la orilla.
La policía Lacustre informó que un catamarán que se hallaba a cientos de metros de la costa se declaró en emergencia en plena tormenta, al quedarse sin motor y al garete. “Por suerte una de las embarcaciones con las que cuenta la policía Lacustre pudo remolcarlo a puerto, poniendo sobre tierra firme a los excursionistas”, informó un sargento de esa división policial.
En el camping El Préstamo, varios de los añosos eucaliptos quedaron en el piso tras el vendaval y varias construcciones sufrieron daños por las caídas de grandes ramas.
Según Susana Flores, residente en el lugar, un tornado se abatió casi dos minutos sobre los árboles “los enrolló, los hacía girar para un lado y para el otro y los arrancó con raíces y todo. Fue un verdadero milagro que no hubiera víctimas ni heridos, porque el camping estaba lleno de gente aterrorizada. Hubo vehículos destrozados, casas sin techo y otros daños menores, fue terrible”, describió.
En tanto, varios tramos de la ruta 68 se vieron afectados por la crecida de los arroyos, que llegaron a desbordar su cauce e inundar amplios sectores del camino.
El tráfico estuvo cortado por más de tres horas.
Personal policial de la localidad de Coronel Moldes, que se hallaba a oscuras, informó anoche a El Tribuno, que lamentablemente varias familias se quedaron sin techo en el pueblo vallisto y en los lotes agrícolas cercanos al ejido urbano.“Hubo muchísimos árboles arrancados de cuajo y voladuras de techo en cinco o seis domicilios de esta localidad” precisaron.
“Además, tuvimos que sacar del lecho de un arroyo un automóvil que fue sumergido por la fuerte correntada. Lo hicimos con ayuda de un tractor municipal” detalló la fuente.
“Por suerte, no hubo víctimas ni heridos porque el temporal se anunció primeramente con ráfagas de viento, luego con granizo y lluvia y en medio de ese clima apareció sobre Moldes y la costa del dique una especie de tornado que fue el que más desastres provocó”, graficó.
Pobladores consultados por este medio dijeron que la mayor cantidad de agua cayó sobre los cerros y que desde allí vino la creciente, que desbordó todo.
En el pueblo fue sólo una lluvia intensa con viento y granizo, sin embargo desde los cerros bajaron aludes de barro y agua.
Cerca de las 21 la ruta fue normalizada al tránsito por máquinas viales de empresas privadas y municipales, aunque el suministro eléctrico recién se normalizó horas después.
El desastre fue puntual
Las otras localidades del Valle de Lerma no llegaron a sentir la fuerza del huracán que se abatió sobre la zona del dique, donde el granizo y el viento destrozaron todo.
Los sembradíos sobre la 68 sólo recibieron agua hasta la entrada de La Maroma, donde se congestionó el tránsito durante más de tres horas.
Sin embargo, la fuerza de las aguas cortaron el tránsito en varios puntos de la ruta. Eran aludes que bajaban hacia el valle desde lo alto de las serranías.Personal de Bomberos trabajó durante parte de la jornada de ayer en la tarea de prevención en algunos salvatajes de vehículos acorralados por el agua y otros que fueron arrastrados por estos arroyos de montaña, que crecieron, una hora después que la lluvia y el viento habían ya cesado.
Fuente: Diario El Tribuno