El caso del chico abusado a la salida de la escuela mientras esperaba a su hermano, despertó muchos interrogantes. Sus familiares contaron que no puede manejar la situación y piden insistentemente acompañamiento psicológico tanto para él como para su entorno más cercano.
"No sabemos cómo tratarlo y es un nudo permanente en la garganta que tenemos y que no podemos contar. Él llora de manera reiterada”, contó Mónica, su abuela.
"No habla ni con nosotros, y eso que vemos cómo preguntarle. Él sólo cuenta lo que le pasó desde que lo llevaron a esa casa, no quiere hablar más", dijo por Salta/12.
Juega de a ratos, pero después se sienta solo, se tapa la cara con su ropa y se pone a llorar. No quiere hablar todavía
La abuela informó también que el miércoles se presentó una asistente social en el domicilio de su hija, que les comunicó que el lunes de la semana entrante recién tiene un turno para un psicólogo del centro de salud más cercano. También se presentó en el lugar Claudia Bañagasta, presidenta de la Fundación Preparatoria del Pueblo, quien se puso a disposición de la familia.