La defensa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner recurrió a la instancia de la Cámara de Casación la resolución que rechazó las recusaciones del fiscal Diego Luciani y de los magistrados Rodrigo Giménez Uriburu y Jorge Gorini, en el marco de la causa conocida como "Vialidad".
Los pedidos de recusación fueron rechazados la semana pasada luego de que la Justicia argumentara que venció en 2019 la oportunidad procesal para hacerlos y que no correspondía considerar que se trataban de datos nuevos, sino que la información aportada por el medio Página 12, que mostró que fiscal y juez jugaban en el mismo equipo de fútbol, llamado Liverpool, que disputó un torneo amateur en la quinta de Mauricio Macri, era pública y accesible.
Las defensa de la Vicepresidenta ahora recurrió esta decisión ante la Cámara de Casación Penal (Sala IV, integrada por los jueces Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo).
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó el sábado por la noche, al cierre de una jornada de disturbios, que "el Partido Judicial le pidió 12 años de condena por cada uno de los mejores años que vivió el pueblo argentino", y remarcó que hubo desde el martes manifestaciones en todo el país de apoyo a su figura, pero que en "el único lugar donde se produjeron escenas de violencia fue en la Ciudad de Buenos Aires".
"La violencia fue provocada por odio al peronismo. No toleran el amor y a la alegría de los peronistas", señaló la mandataria al hablar esta noche, pasadas las 22, en un escenario montado en la esquina de Uruguay y Juncal, tras la represión que llevó a cabo la Policía de la Ciudad de Buenos Aires contra manifestantes que se manifestaban en el lugar.
"Los violentos no somos nosotros. Durante la pandemia colgaron bolsas mortuorias. Hay gente que quiere e exterminar al peronismo y no tolera que la gente se exprese. La violencia de hoy fue provocada por el odio al amor peronista", remarcó Cristina Fernández desde un improvisado escenario montado en la esquina de Juncal y Uruguay, donde la exmandataria habló luego de una jornada cargada de tensión y tras el retiro del lugar de los efectivos policiales que habían reprimido a los manifestantes en horas de la tarde.
"Hay demasiada sangre para que sigan amenazando. Aunque viva mil años no me van a alcanzar los años para agradecerles. Vayamos a descansar, ha sido un largo día", subrayó la Vicepresidenta en el final de su alocución.