Ancianos vendieron todo en Iruya para comprar un terreno y los estafaron
Justicia07/12/2022InformateSaltaEsta pareja de abuelos son uno de los tantos estafados por esta banda compuesta por 4 hermanos de apellido Córdoba y otros cómplices como un escribano en donde le daban cierto marco de legalidad a las operaciones con documentos apócrifos.
Resulta que estos abuelitos vivían en Iruya de la cría de animales y decidieron vender todo para comprar un terreno en capital e instalarse definitivamente pero cayeron en las inescrupulosas manos de esta banda de estafadores que tras una minuciosa investigación de la Unidad de Delitos Económicos (UDEC), fue detenida a mediados de noviembre pero venían delinquiendo desde 2018 aproximadamente.
Según los datos de los expedientes que analiza la Justicia, la suma de dinero en estafa ascendería a los 100 millones de pesos, según publica El Tribuno.
Las denuncias indican que las estafas se focalizaron con casas y terrenos ubicados en loteos de barrios San Nicolas II, Benjamín Méndez, Los Gremios, Cielos del Valle, Cielos del Sur y hasta en San Lorenzo Chico.
Luego de los allanamientos ordenados por la Justicia, donde se secuestró concluyente documentación incriminatoria, se trabaron 21 cuentas bancarias, lo que demuestra la magnitud de la investigación y los alcances de la estafa.
Una familia de estafadores
Según las denuncias la banda estaba encabezada por cuatro hermanos de apellido Córdoba: Luz Florencia Analía Córdoba; Noelia Maribel Milagro Córdoba; Carlos Mauricio Córdoba y Jesús Esteban Córdoba.
También están investigados en esas mismas denuncias Celina Frías (madre); José Facundo Figueroa Sánchez (hijastro de Frías); Gustavo Albarracín, Ariel Pablo Agüero y Rodrigo Boneman (supuestos propietarios)
María Eleonora López Segovia (asesora inmobiliaria) y Emiliano José Galvez, que aparece como escribano, aunque en la causa se investigan a varias escribanías con oficinas en calle Santiago del Estero de Salta capital.
Tras los allanamientos de mediados de noviembre, siete personas quedaron detenidas y habría otros prófugos que aparecen con domicilios fraguados.
Modus operandi
Los estafadores aparentaban seriedad y solvencia, ofreciendo los bienes mediante la presentación de falsos instrumentos que acreditaban la adquisición de inmuebles por parte del vendedor.
Se presentaban como asesores inmobiliarios, invocando a importantes empresas de la ciudad de Salta. La investigación determinó también que las estafas se concretaban en tres etapas bien definidas: captación, interacción con las víctimas y el cobro en escribanías, donde se efectuaba la entrega de documentación apócrifa.
La difusión de la estafa la efectuaban en forma organizada en grupos de redes sociales, como así también en avisos clasificados.
Una vez captadas las víctimas eran tentadas con ofertas y financiaciones, que eran respaldadas por cédulas parcelarias, catastros, planos y cesiones de derechos con boletos de compra-venta, con apariencia de legalidad, pero que ocultaban una maniobra bien planificada para concretar la estafa y desaparecer.
Estafadas ya las víctimas eran a sus vez denunciadas o advertidas como usurpadores, recibiendo amenazas de desalojo compulsivo por parte de los supuestos dueños legales. Las propiedades entonces eran vendidas nuevamente, en un círculo impune y fraudulento pocas veces visto. En algunos casos figuran inmuebles con cuatro compradores que fueron estafados con la misma maniobra.
Un viejo método con nuevas herramientas
Pedro Arancibia, abogado patrocinante de una de las víctimas de la millonaria estafa en la venta de inmuebles por parte de la banda liderada por los hermanos Córdoba, advirtió sobre una modalidad que si bien es propia de los estafadores, hoy cuenta con el respaldo de las herramientas tecnológicas, lo que facilita la captación y el posterior fraude.
"Primero se genera confianza en la gente y luego se muestran documentos que son verdaderos, pero que se los presenta con otra documentación apócrifa, de manera que el engaño es casi imperceptible. Finalmente, los documentos falsos son los que terminan por descubrir el fraude, aunque estos aparecen en segundo plano dentro de las maniobras".
El letrado sostuvo que para el caso de esta estafa, sorprende el nivel sistemático con el que la banda se manejaba, ya que volvían a estafar con el mismo bien y al parecer lo hacían luego de amenazar a sus víctimas con desalojos violentos.
"Además de ser sistemáticos, estas estafas tiene un proceso de tiempo que implica ir de menos a más en la confianza de la gente utilizando para ellos plataformas, redes sociales, fotografías e imágenes que son idénticas a los documentos originales. Eso va haciendo que las personas tomen confianza en los estafadores. Es importante que la gente pueda estar alerta y reconocer rápidamente las nuevas modalidades de estafa que tiene esta particularidad: utilizar redes sociales y medios tecnológicos para generan confianza en las víctimas", expresó el abogado.