El dólar libre llegó a los $465 con lo que marcó un nuevo récord en términos nominales y también alcanzó, tras meses de estabilidad e incluso atraso, la variación del resto de los precios. Es decir, la inflación y la suba del dólar en términos interanuales, en el actual nivel de precios, finalmente se acompasó.
Sin embargo, nada indica ni garantiza ahora que los precios se vayan a estabilizar aunque, por el momento, existen al menos tres factores económicos concretos que alimentan la suba.
1. Inflación y tasas de interés
El dato de inflación de marzo, de 7,7% sorprendió y para abril las expectativas no mejoran. Los relevamientos de las primeras tres semanas de abril arrojan nuevamente un indicador por encima de 7% y, en algunos casos como el de la consultora EcoGo, 8 por ciento. “No existe un factor que pueda romper la dinámica ascendente de los precios”, apuntó el director de la consultora, Sebastián Menescaldi.
Ese nivel de inflación dejó en evidencia no sólo el atraso “excesivo” de las distintas cotizaciones del dólar respecto de la inflación sino también lo insuficiente de la tasa de interés que, aun con la suba dispuesta por el Banco Central la semana pasada, que la llevó de 78% a 81% nominal anual, equivalente a 6,7% mensual, sigue siendo negativa. Esa suba, a todas luces, resultó poco efectiva para contener la ola dolarizadora que también se verifica en las cotizciones financieras, que el Gobierno logró sosegar mediante la intervención con venta de bonos.
Sin embargo, también en ese frente la presión es fuerte ya que, de acuerdo a distintos cálculos privados como el de la consultora 1816, si se computa la base monetaria más el stock de pases y Leliqs, al cotización teórica del CCL se ubica en los $480, valor que todavía no alcanzó.
2. Falta de dólares
Es evidente que, por la suba del dólar que profundiza la brecha cambiaria, las chances de éxito del dólar soja 3, por el que el Gobierno esperaba un ingreso de divisas de al menos USD 5.000 millones, será difícil de lograr.
El tipo de cambio ofrecido, a $300, luce cada día más insuficiente ante la escalada de los tipos de cambio alternativos. La compra que realizó hoy el Banco Central, de USD 106 millones, suena escasa en el contexto de un mercado cambiario paralizado por el lado de la demanda dadas las últimas medidas impuestas por el Banco Central la semana pasada, que trabaron la operatoria.
“El dólar “soja” es la columna vertebral del plan y en caso de no prosperar esta semana el foco volverá a estar puesto sobre el nivel de reservas netas. Según nuestros cálculos, cerraron el viernes en USD 988 millones. Como agravante, entre viernes y martes se deberá pagar USD 1.300 millones al FMI por intereses y capital, por lo que el stock podría acercarse a cero”, sostuvo el equipo de analistas que dirige Pedro Siaba Serrate en Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
3. Incertidumbre política y FMI
Aunque a mediano plazo el panorama luce más despejado desde la perspectiva del mercado, ya sin sequía y con lo que se presume un futuro gobierno “moderado”, lo cierto es que el tránsito hasta las elecciones es una fuente de inestabilidad.
A través del director argentino en el FMI, Sergio Chodos, el propio Gobierno admitió que negocia el adelantamiento de desembolsos por parte del organismo en el marco de una revisión completa del acuerdo, al tiempo que acusó a economistas de la oposición de pedirle al organismo que rechazara esa solicitud oficial.
En el medio, los datos de las cuentas públicas del primer trimestre arrojaron un incumplimiento de la metas fiscales, con lo cual los rumores de una eventual devaluación, que exigiría el FMI como contrapartida al giro de dinero fresco, hacen mella en el mercado y agregan más presión el dólar.