La pobreza duele en todas sus formas, pero mucho más cuando afecta a los niños. Según datos oficiales publicados por el Gobierno nacional, ya hay ciudades con más de 60% de pobreza infantil y otras con más de 15% de indigencia en menores de 14 años, publicó Infobae.
En el período de cinco años, del segundo semestre del 2017 a igual período de 2022, se observa que en los 31 principales aglomerados urbanos del país los números empeoraron, sin excepción. En algunos, la tasa de pobreza para ese rango etario se duplicó y en otros subió más de 25 puntos porcentuales
A nivel general, en el período julio-diciembre del 2017 había 2.394.670 niños pobres (39,7%). Cinco años después, en igual tramo del 2022, se contabilizaron 3.629.774 niños en situación de pobreza (54,2%), tomando en cuenta el rango etario de 0 a 14 años.
Las regiones más afectadas
Según la base de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, la ciudad con mayor tasa de pobreza infantil (personas de 0 a 14 años) es Concordia, que en el segundo semestre del 2022 registró un índice del 69,2%.
Algo más abajo aparecen Gran Resistencia, con 64,3%, y Santiago del Estero - La banda, con 64%. Completan los primeros cinco lugares Gran San Luis (61,9%) y Gran Tucumán - T. Viejo (60,2% de esa población etaria).
Analizando el ranking completo, se encuentra que hay 26 aglomerados urbanos con una tasa de pobreza infantil superior al 50 por ciento de ese universo.
En el otro extremo, la zona con menor índice de niños pobres es Ciudad de Buenos Aires (CABA), pero aún ahí la tasa llega al 28,2 por ciento.
También es menor al promedio la pobreza infantil de Comodoro Rivadavia - R. Tilly (39.7%) y Ushuaia - Río Grande (41,5 por ciento).
Los números de la pobreza infantil llevan mucho tiempo siendo alarmantes, pero empeoraron sustancialmente en los últimos cinco años en que se aceleró la inflación. En el segundo semestre de 2017 había solo cuatro ciudades con una tasa de la población superior al 50% y 20 con una tasa infantil menor a 40 por ciento.
Desde entonces la caída de los ingresos se profundizó y el último dato disponible muestra que ya hay 26 ciudades con más de 50% de pobreza infantil.
Según las estadísticas oficiales, la ciudad en la que más aumentó la pobreza infantil entre el segundo semestre de 2017 e igual mes de este año es Gran Tucumán, donde el índice se incrementó 29,78 puntos porcentuales, pasando de 30,5% a 60,2% de la población de ese grupo etario.
Apenas por debajo quedó La Rioja, con un avance de 28,25 puntos porcentuales. Más atrás aparecen Jujuy (23,95 pp de aumento), Río Gallegos (23,38 pp), Gran San Luis (23,08 pp) y el conglomerado de Ushuaia - Río Grande (23 pp).
Ésta última, junto con La Rioja, son las ciudades que duplicaron sus tasas de pobreza en los últimos cinco años. La primera saltó de 27,3% en 2017 a 55,6% en 2022 y la segunda pasó de 18,5% a 41,5%.
En situación extrema
En los últimos años miles de niños cayeron bajo la línea de la pobreza, pero muchos de ellos alcanzaron una situación crítica y quedaron en condición de “indigencia”, esto es no cubren la cuota alimentaria diaria mínima. En total, había 460.467 niños “pobres indigentes” en el segundo semestre de 2017 (7,6%) y en cinco años el número se incrementó a 803.445 (12% de ese universo poblacional).
Además, en 2017 había solo seis ciudades con una tasa de indigencia infantil de dos dígitos porcentuales de la población; hoy, son 18 los aglomerados con más de 10% de menores que pasan necesidades alimenticias básicas.
Actualmente, la ciudad con peores condiciones en este sentido es Formosa, donde la indigencia infantil llega al 23,2%. Es decir que casi uno de cada cuatro niños vive en hogares con ingresos insuficientes para cubrir el costo de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) que informa cada mes el Indec.
Segunda y tercera en el ranking de indigencia aparecen Santa Rosa - Toay (16,8%) y Concordia (16,5%), aunque se encuentran muy cerca Gran Resistencia (16,3%) y Gran La Plata (16% de la población menor de 14 años).
Entre los aglomerados urbanos con menor cantidad de niños pobres indigentes -en relación a su población- sobresale el Gran San Juan, con una tasa del 1,9%. También se encuentran por debajo del 6% los aglomerados de Ushuaia - Río Grande (4,5%), Neuquén - Plottier (5,6%), y Viedma - Carmen de Patagones (5,8 por ciento).
Hogares numerosos y de bajos ingresos
No es novedad que la mayor parte de los hogares vienen perdiendo poder adquisitivo de sus ingresos desde hace años, pero llama mucho la atención que los niveles de pobreza se hayan disparado tanto en el grupo etario de 0 a 14 años.
Según el economista Jorge Colina, de Idesa, el aumento de la pobreza infantil en Argentina se produce porque estructuralmente hay miles de hogares pobres en el país con una gran cantidad de niños. “Por eso hay tasas superiores al 50%. Los hogares con muchos niños son más vulnerables a la inflación que el resto”, advirtió.
En esa línea, el economista Jorge Day, del Ieral (Fundación Mediterránea). “Las estadísticas demuestran que las familias de mayores ingresos tienden a tener menos chicos, mientras que los hogares que están por debajo de la línea de la pobreza tienden a ser de familias muy numerosas y con muchos hijos”, remarcó.
“En otras palabras, muchos chicos están concentrados en familias grandes que se encuentran bajo la línea de la pobreza o aún peor, en condiciones de indigencia”.
“Hay una teoría de crecimiento que dice que, mientras más alta es la tasa de crecimiento de la población, mayor es la cantidad de pobres que se genera en contextos en los que la economía no genera inversiones y tecnología. En muchas provincias han escaseado las inversiones en los últimos años y muchas familias se han agrandado, sobre todo en zonas de bajos ingresos” apuntó el economista del Ieral.
En relación al incremento general de la pobreza entre 2017 y 2022, Jorge Day recordó que hace cinco años todavía no se producía la primera devaluación fuerte de la gestión de Mauricio Macri. “El lío empezó en abril de 2018. Esa era una época todavía relativamente buena, pero a partir de entonces se produjo una caída importante del salario real. En el medio hubo crisis, recesión y pandemia. Alguna recuperación hubo de la economía, pero no de los salarios. Todo eso condujo a un inevitable aumento de los niveles de pobreza”, observó.
En vistas a futuro, el economista mediterráneo sostuvo que para el Gobierno nacional es una prioridad que los niveles de pobreza no se disparen “aún más”, por lo que estimó que se tomarán medidas para intentar conservar el salario real. “Estamos en un momento en el que siempre está el temor de que el dólar pegue un salto fuerte. Si eso pasa, inicialmente generará una caída de ingresos. El Gobierno no quiere pasar por eso, por eso trata de aguantar lo más posible sin devaluar”, sostuvo.