Los hermanitos Melanie y Octavio Leguina, fueron cruelmente asesinados en mayo de 1998, y eso marcó sin lugar a dudas la historia de Salta. Y quienes recuerdan el hecho, lo relacionan con una persona: Marcelo Alejandro Torrico, quien desde el hecho permanece preso.
Sin embargo, el sádico criminal no fue el único arrestado y declarado culpable. Su cómplice, Ariel Esteban Brandán, también fue condenado a reclusión perpetua, pero nadie habla de él.
Brandán tenía 22 años cuando cometió el delito que lo llevó a pasar más de la mitad de su vida (hoy tiene 47) en el penal de Villa Las Rosas y fue descrito por el psiquiatra del Poder Judicial provincial, David Flores, como "una persona sumisa".
Nació el 20 de febrero de 1976 y, a diferencia de Torrico, casi no volvió a ser nombrado en los medios de comunicación por una simple razón: en la Unidad Carcelaría Nº1 pasa su tiempo desapercibido desde hace 24 años y medio.
Brandán dejó de frecuentar a Torrico una vez que ambos fueron arrestados como sospechosos del doble crimen y tampoco compartieron pabellón. Mientras al confeso asesino lo enviaron al pabellón R, de máxima seguridad y alejado del resto de la población, Brandán fue alojado en la celda 37 del C, uno de los pabellones con gente "bastante complicada".
Existe una casualidad que los une en Villa Las Rosas: durante el primer cumpleaños de Torrico adentro del penal, su cómplice llegaba a esa Unidad Carcelaria (el 30/6/1999).
Su conducta, según el expediente al que tuvo acceso El Tribuno, es "ejemplar 10" y el concepto que tienen de Brandán es "bueno 6". De hecho, en los últimos años tuvo una sola sanción, el 3 de mayo de 2020, cuando le secuestraron auriculares.
Por su parte, Torrico llegó a tener celulares a disposición con diferentes llamadas entrantes y salientes. En su expediente hay un apartado sobre la confiscación del celular donde tenía guardadas las fotografías vestido de guardiacárcel.
Y mientras Torrico solicita desde hace años su liberación, Brandán no pidió beneficios. Según detallaron al diario mencionado, "el interno concurre a actividades en el sector de Bienestar". Y "se anda portando bien, hace mucho no es sancionado".
Lo cierto es que tanto Torrico como Brandán ya se encuentran en la recta final de su detención y este último "cumple su condena de punta en octubre de este año", o sea, en dos meses.