El técnico de Boca quiso echar a Rojo y le dijeron que es "intocable"

Deportes 04/06/2024
Marcos Rojo

Se sabía. En el mismo momento en el que Marcos Rojo le entró desde atrás a Mateo Pellegrino y le sacaron la tarjeta amarilla a los 4 minutos del primer tiempo, todo el Mundo Boca imaginó lo que podía pasar y lo que efectivamente terminó pasando. 

Por nombre, por prontuario, por estilo de juego, por personalidad. Y la expulsión a los 36 minutos del primer tiempo, no sólo terminó complicando el partido contra Platense, también volvió a exponerlo a él. Lo dejó en la mira una vez más. 

Apuntado. Con el DT Diego Martínez algo molesto, según se vio en la conferencia. Y con posibles consecuencias para el capitán xeneize. Un reto y algo más.

Rojo quedó apuntado por verde, por previsible, por reincidente. Porque el capitán no puede tener ese alto grado de irresponsabilidad y dejar al equipo con un jugador menos durante la primera etapa. Y esto, más allá de si el árbitro estuvo bien o mal, si la segunda amarilla era o no era. 

Por experiencia, por lo mal que viene Boca con los pitos y por lo desconcertante del arbitraje de Nicolás Ramírez (muy estricto en unas, mirando para otro lado en otras, compensando a veces), debería saber Rojo que no tendría licencia para pegar. Que no le darían una o dos patadas libres de tarjeta.

Ninguno en Boca -al menos todos los que hablaron públicamente- pasó por alto la gravedad de la expulsión. "Después del partido saludé a Rojo, pero no es un momento de tomar decisiones o hablar después del partido. Charlaremos en la semana", dijo Martínez en la conferencia. 

Y reiteró el concepto: "El equipo venía teniendo el control, situaciones y era superior. Pero la expulsión fue condicionante para el resto del partido". Chiquito Romero y Miguel Merentiel también remarcaron la forma en que complicó la tarjeta roja.

La respuesta de Martínez esta vez no tuvo la diplomacia de otras veces, y nada fue casual. A Rojo también lo rozó "el quilombo" que se armó por la fiesta de cumpleaños de Darío Benedetto, que terminó con Pipa fuera de las convocatorias desde ese momento, colgado completamente y con el ciclo terminado en el club. De hecho, después de ese episodio, se supo que el capitán se acercó al DT y mantuvieron una charla. 

Algo pasa entre ellos. Del enorme elogio después de la lesión en el calentamiento del primer amistoso del ciclo a este último partido contra Platense.

El Gigoló siente que el plantel necesita una renovación fuerte y que medio plantel no seguiría si fuera por él. Unos diez o quince jugadores para salir. Y que deberían llegar otros tantos. 

Eso quedó expuesto en la poca cantidad de cambios en cada partido y en que no tiene a quién poner cuando se le cae un titular. Basta con repasar los últimos encuentros, cuando tuvo que improvisar con una dupla central juvenil y poner al zurda Saracchi de lateral derecho. 

Y en la lista de prescindibles, el DT llegó a escribir Marcos, pero cuando estaba por anotar el apellido lo pararon en seco. 

Rojo es uno de los intocables al igual que Pol Fernández y tiene un año y medio más de contrato que el jugador piensa cumplir, luego de renovar en 2023. 

Al menos por ahora para el que termina bajando siempre el martillo en el club.

Lo protege Juan Román Riquelme.

LOS NÚMEROS EN ROJO

A Rojo lo condena su irresponsabilidad como capitán y las cuatro expulsiones por pasarse de rosca que lo ponen como uno de los marcadores centrales con más rojas por partido jugado. Por encima de Cristian Traverso (7 en 205), Juan Simón (7 en 2018), Oscar Ruggeri (6 en 147), Jorge Bermúdez (6 en 165), Cata Díaz (5 en 197), Roberto Rogel (5 en 302) y Roberto Mouzo (5 en 426).

Pero mucho más lo condenan las lesiones y el tiempo que se pasó sin jugar desde su llegada a principios de 2021. Es que tiene 85 partidos y más de diez lesiones comprobadas, con lo cual no llegó ni a jugar la mitad de los partidos de Boca en el tiempo que él lleva en el club, que hasta este domingo sumaron 205. Y no sólo le cuesta volver a ponerse en forma, sino que se vuelve en un futbolista poco confiable para conformar un equipo.

El número de 85 sobre 205 se vuelve más preocupante cuando se lo compara a Rojo con otros futbolistas del plantel en el mismo período o períodos menores. Desde 2021, Cristian Medina jugó 147 y Frank Fabra, 136. Mientras que Luis Advíncula, que llegó seis meses después, llegó a 124. Y Miguel Merentiel jugó 75 desde su llegad a comienzos de 2023. Es decir que está apenas a diez del capitán con dos años menos en Boca. /Olé    

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