El FMI anticipó que los impuestos se seguirán pagando en pesos y el dólar no tendrá estatus de moneda oficial

Economía20/06/2024
FMI

El Fondo Monetario Internacional considera, tras la última ronda de intercambios técnicos con el equipo económico, que la competencia de monedas a la que apunta el Gobierno no incluye la eliminación del Banco Central –al que le reserva una función decisiva en el nuevo esquema monetario en conversación– y también agregó dos elementos que parecen descartar una dolarización completa.

Por un lado, en el último informe técnico el organismo realizó una amplia radiografía del estado de la economía argentina y del sobrecumplimiento de metas que sostuvieron el Ministerio de Economía y el Banco Central, y mostró algunos apuntes sobre la economía y las medidas que avizora para los próximos meses. Así, apareció sobre la mesa por primera vez de manera concreta en el ida y vuelta entre Buenos Aires y Washington, el próximo paso en términos de política monetaria.

Dolarización completa, dolarización endógena, competencia de monedas, canasta de monedas, economía bimonetaria. Fueron algunos de los conceptos que fueron instalados en los últimos meses, la mayoría de ellos por parte del Javier Milei en campaña y ya en el ejercicio de la presidencia. Más allá de algunas declamaciones, en términos concretos el FMI empezó a darle forma a ese esquema en negociación.

Así, lo delimitó a una competencia de monedas con límites particulares, algunos que entran en contradicción con postulados del Poder Ejecutivo –principalmente del propio presidente– como la eliminación del Banco Central o la posibilidad del pago de impuestos en dólares. Es una idea que hace un mes Milei planteó durante su discurso ante ejecutivos de finanzas en un evento organizado por IAEF.

“Cuando terminemos con todos los mecanismos de emisión, la cantidad de dinero quede constante y la economía se vaya dolarizando endógenamente (en referencia a el uso de divisas ahorradas por parte de empresas y personas), ahí se dolariza y cada uno hace las transacciones en la moneda que quiera. Después el Gobierno fijará una moneda en la cual se le pague al Gobierno, no sé, el dólar, y se acabó el problema”, dijo el jefe de Estado.

El Fondo Monetario ahora mencionó que esa parte de la idea de dolarización libertaria no está contemplada en sus planes. “Otras monedas no tendrían curso legal y el pago de impuestos se seguirá realizando en pesos”, apuntó en un pie de página el informe técnico. El mismo reporte también asegura que el esquema monetario no está cerrado y que está sujeto a conversaciones en el futuro, pero este tipo de informes suelen incluir consideraciones acordadas entre el staff y los funcionarios del equipo económico.

La idea de dolarización endógena que suele explicar el mandatario en sus discursos implica un congelamiento de la cantidad de pesos en circulación, de manera tal de favorecer la remonetización de la economía con dólares que ahorristas y compañías tengan guardados. Al habilitar las transacciones en cualquier moneda, esos dólares podrían usarse para realizar pagos y cobros. En la idea libertaria, mediante este proceso el dólar desplazaría al peso como moneda de uso común. El curso legal del dólar, según esa consideración citada por parte del Fondo, no está en el horizonte que prevé para la competencia de monedas.

Hay otros elementos que el FMI marcó como necesarios para la mudanza hacia un sistema monetario nuevo para la economía argentina. “Las políticas monetarias y cambiarias evolucionarán en la transición a un nuevo régimen monetario que implicará una ‘competencia de monetaria’. Las autoridades tienen la intención de refinar las políticas monetarias y cambiarias para afianzar el proceso de desinflación y respaldar una mayor acumulación de reservas a medida que se vayan ampliando los controles y restricciones cambiarias”, definió, en una primera instancia, el Fondo Monetario.

“Si bien se están desarrollando los fundamentos clave, la eventual ‘competencia de monedas’ dentro del régimen podría dejarlo parecido al sistema de flotación administrada que prevalece hoy en Perú y Uruguay”, mencionaron los técnicos. Esos dos países tuvieron en décadas recientes, sistemas de economía bimonetaria que les permitió bajar la inflación de manera consistente. Ninguno de las dos naciones dolarizó por completo su economía, pero sí permitió la utilización de la moneda norteamericana para el ahorro y el intercambio.

“La estabilidad de precios seguirá siendo un objetivo primordial del Banco Central, en un contexto en el que los individuos son libres de ahorrar y realizar transacciones en las monedas que elijan”, anticipó el FMI. Sobre las limitaciones que tendría el BCRA ante un esquema de ese tipo, los técnicos enumeraron: “Al Banco Central se le prohibiría proporcionar financiación al gobierno y seguiría absteniéndose de transferir beneficios al Tesoro”.
También “mantendría sus funciones de prestamista de último recurso para instituciones financieras elegibles (solventes), continuaría esterilizando las compras de divisas y administraría la liquidez en el tiempo a través de operaciones de mercado abierto con títulos gubernamentales. Además, se seguirían perfeccionando las prácticas contables para que el balance del BCRA refleje el valor razonable”, planteó el Fondo.

El equipo técnico aseguró acoger “con agrado” la transición hacia la competencia de monedas, “aunque es necesario seguir trabajando para definir algunos de los fundamentos clave”. “El staff apoya una eventual transición a un nuevo régimen con un ancla nominal firme donde los precios y la estabilidad financiera sigan siendo los principales objetivos del banco central y donde los individuos sean libres de ahorrar y realizar transacciones en las monedas de su elección. Sin embargo, se debe seguir trabajando para definir mejor el papel del banco central en la gestión de la liquidez y salvaguardar la estabilidad del sector financiero, mientras que será esencial una comunicación más coherente sobre el nuevo régimen monetario y cambiario”, advirtieron los técnicos.

“Los compromisos de no mantener ningún financiamiento monetario neto ni transferir ganancias del banco central al Tesoro son loables, y se debe considerar la posibilidad de consagrar estos compromisos por ley, incluso para fortalecer la independencia del banco central”, consideraron.

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