El inicio del otoño eleva el riesgo de incendios forestales. La prevención es fundamental, para evitar perder hectáreas de bosques con el consiguiente daño al ambiente y la biodiversidad, como también daños materiales y en la salud de las personas.
En la mayoría de los casos, los incendios se inician por causas humanas. Un error habitual como arrojar un cigarrillo encendido sobre la vegetación o no apagar una fogata suelen ser los detonantes. Además, los objetos de vidrio en esas zonas actúan como elementos refractarios, es decir que con el calor y en contacto con la vegetación seca producen fuego.
En menor medida, los incendios pueden estar originados por razones naturales: temperaturas extremas, sequedad del suelo y velocidad y dirección del viento.
Otro ejemplo de motivos antrópicos, son las prácticas agrícolas de quemas que realizan en el campo para preparar el terreno para los cultivos y rebrote de pasturas. Cabe aclarar que estás prácticas son totalmente desaconsejadas. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable no otorga permiso en esta época para quemas controladas.
Además, los incendios forestales provocan una degradación del suelo, que pierde nutrientes, materia orgánica, y sufre una mayor erosión. Esto impacta en el ciclo hidrológico, con los efectos en la disponibilidad de agua y aumento del escurrimiento. Además, cuando la vegetación vuelva a crecer va a necesitar una cantidad de agua adicional. Y estos procesos de recuperación suelen ser muy largos.
Cabe destacar que el Código Contravencional de Salta, en su artículo 90, establece la sanción por hasta 60 días y multas a aquellas personas que, por acción u omisión, destruyeren flora y fauna, iniciando o favoreciendo un incendio de forma involuntaria. Caso contrario, si fuera intencional, constituye un delito con las penalidades correspondientes.
Recomendaciones para evitar incendios
Al salir de picnic o campamento, en caso de que sea imprescindible encender fuego hay que respetar precauciones fundamentales:
- El lugar debe estar despejado de pasto, ramas, árboles o elementos que puedan arder.
- Se debe delimitar la zona de fuego, utilizando arena, ladrillos, zanjas para impedir o evitar que se propague.
- Siempre vigilar el fuego y controlar que el viento no arrastre chispas a los árboles y pastizales cercanos. Nunca hacer fuego debajo de los árboles.
- Utilizar sólo leña seca y caída que pueda cortarse con la mano, y no cortar ramas verdes.
- Recoger la basura al terminar el picnic: latas y vidrios pueden actuar de lupa y provocar incendios.
- No arrojar colillas de cigarrillos ni fósforos encendidos sobre suelo de zonas rurales y áreas protegidas, ya que esto puede ocasionar incendios.
- Apagar el fuego correctamente: usar abundante agua sobre la fogata y sus alrededores; remover las cenizas para verificar que no queden brasas encendidas. Es fundamental asegurarse de que los restos de la fogata queden fríos.