Se nos cae una lágrima: Adiós a la tradicional Calesita de Salta

Este viernes se conoció que después de 42 años y tras ser parte de varias generaciones de risas y niños que pasaron por allí, la calesita se prepara para dejar de vuelas. 

“Después de casi 42 años de divertir varias generaciones, LA CALESITA se cierra, con un nudo en la garganta debemos decir Adiós” dice el comunicado de la familia Causarano. 

“No dejo de secar mis ojos, caen las lágrimas, son muchos recuerdos, algunos encontramos el amor, encontramos amigos de la vida, donde la calesita era el lugar de encuentro"

Según explicado, la decisión se debe a “los vaivenes de este bendito país, un mundo que cambia, nos encuentra en el final de un ciclo”. Es por eso que deciden cerrar un tradicional punto de encuentro para toda la familia, sobre todo de los pequeños que con el paso del tiempo se convirtieron en padre y llevaron a sus hijos, así de generación en generación. Hoy dice adiós. 

“Fueron muchas horas de esfuerzo familiar, de mis padres, nosotros, sus hijos y en este último tiempo también los nietos, siempre atendido por sus dueños como dicen, veo en mis padres la angustia del cierre, la tristeza del fin de un sueño, espero que quienes pasaron por nuestro negocio nos recuerden con cariño y para aquellos que no, que seguramente son muchos menos, nuestras disculpas” expresan en el comunicado.

“No dejo de secar mis ojos, caen las lágrimas, son muchos recuerdos, algunos encontramos el amor, encontramos amigos de la vida, donde la calesita era el lugar de encuentro, cuando no había celular, ni mucho menos WhatsApp, pero sabíamos que ahí estaríamos, son pocas las fotos, los recuerdo son parte de nuestra memoria” agrega el comunicado con dolor y pesar. 

"Espero que quienes pasaron por nuestro negocio nos recuerden con cariño y para aquellos que no, que seguramente son muchos menos, nuestras disculpas"

La calesita comenzó en peatonal Alberdi y Urquiza, el año de vuelta de la democracia 1983, luego en Ituzaingo y Urquiza y en los últimos 15 años en San Martín y Pellegrini. Y después de muchos años se apagan las luces, las risas y deja de girar.