El viernes pasado, un niño de 11 años llegó a la guardia del Hospital Notti en Mendoza tras haber sufrido un paro cardiorrespiratorio en su casa. Participó en un desafío viral de la aplicación TikTok y falleció. El reto conocido como “Blackout Challenge” o “Desafío del Apagón” consiste en autoasfixiarse frente a cámara hasta más no poder. Este episodio generó conmoción en la provincia y reavivó el debate sobre el uso y la influencia de las redes sociales en los más chicos.
Alejandro Castro Santander, especialista en educación y autor del libro "Claves para gestionar la convivencia, clima escolar, aprendizaje y prevención de la violencia” contó en Cadena 3 la gravedad del caso: "Es espeluznante. Todos nuestros chicos tienen TikTok, mis nietos también, pero entre videos cómicos se cuela este desafío global que ya causó muertes en el mundo.”
"Desde el televisor en adelante, no supimos integrar la tecnología en la educación ni formar a los chicos para su buen uso"
Estos desafíos no son algo nuevo. El "Blackout Challenge" no es exclusivo de TikTok. Castro Santander rememoró el "juego del tomate" de su infancia, un reto de contener la respiración por valentía, pero destacó cómo la viralidad actual lo torna letal. "Antes te miraban tus compañeros en el recreo; ahora, un universo oscuro y desconocido.”
"Nos hemos descuidado, los hemos dejado muy solos a los niños", afirmó, cuestionando propuestas como prohibir las redes a menores de 16 años: "¿Cómo les sacamos el celular después de tanto tiempo?".
Además de estos retos, el 50% de los menores reporta agresiones o amenazas vía redes sociales; el 25% no se siente bien en la escuela y el 35% admite conflictos con compañeros. Sin embargo, el 80,2% de los directivos considera la convivencia un "problema menor", una desconexión que el experto calificó como "alarmante".
El celular, hoy herramienta indispensable, se convirtió en un "arma mortal" sin una gestión adecuada, afirmó Castro Santander. "Desde el televisor en adelante, no supimos integrar la tecnología en la educación ni formar a los chicos para su buen uso", criticó.
Las familias y escuelas no tienen herramientas para enfrentar el ciberbullying, los retos virales y otros riesgos digitales.
No es el único caso en Mendoza
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