



Este miércoles 7 de mayo, a las 11:30 (hora argentina), comenzará en el Vaticano uno de los eventos más trascendentes para la Iglesia Católica: el Cónclave para elegir al nuevo Papa.
Un total de 133 cardenales ingresarán a la Capilla Sixtina para iniciar el proceso de votación que definirá al sucesor del papa Francisco.
El cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez anticipó que el proceso no se extenderá más de tres días, un plazo coherente con la duración de cónclaves anteriores. De hecho, los últimos diez conclaves promediaron 3,2 días, y los dos más recientes —los de Benedicto XVI (2005) y Francisco (2013)— concluyeron en solo dos jornadas.
Cómo es el proceso del Cónclave
Los cardenales electores —solo pueden participar aquellos menores de 80 años— se alojan en la Casa de Santa Marta y se trasladan a la Capilla Sixtina para las votaciones. Una vez que ingresan, las puertas se cierran y comienza un estricto aislamiento: no pueden comunicarse con el exterior ni entre ellos fuera de las sesiones oficiales.
Para elegir al nuevo Sumo Pontífice, un candidato debe alcanzar una mayoría de dos tercios. En esta ocasión, eso equivale a 89 votos. Se celebran hasta cuatro rondas de votación por día (dos por la mañana y dos por la tarde). Cada cardenal escribe su elección en una papeleta, que es depositada en una urna y luego contada por tres escrutadores.
Si ningún candidato alcanza la mayoría requerida, los votos son quemados con productos que generan el clásico humo negro. Solo cuando se logra el consenso, se utiliza una mezcla que produce la esperada fumata blanca, señal de que un nuevo Papa ha sido elegido.
En caso de que se llegue a 33 rondas sin éxito, se puede modificar el procedimiento para optar entre los dos candidatos más votados con mayoría absoluta.
Una vez elegido, si el nuevo Papa acepta el cargo y elige su nombre, es proclamado ante la Plaza San Pedro y se presenta en el balcón central de la Basílica para dar su primera bendición Urbi et Orbi.
Requisitos para ser Papa: ¿quién puede ser elegido?
Aunque los requisitos formales son simples —ser varón y católico—, la tradición marca que los elegidos suelen surgir del Colegio Cardenalicio. En la práctica, esto implica que el próximo Papa tendrá menos de 80 años, condición necesaria para votar y ser considerado.
Francisco, por ejemplo, fue elegido a los 76 años, y su antecesor, Benedicto XVI, tenía 78. Ambos lideraron la Iglesia en momentos de grandes desafíos, marcando un precedente sobre la edad de los papables.
Los principales candidatos a suceder a Francisco
A pesar del dicho vaticano "quien entra Papa al Cónclave, sale cardenal", ya se perfilan algunos nombres con más chances de ser electos. Estos son los principales candidatos:
- Pietro Parolin (Italia, 70 años) – Secretario de Estado del Vaticano. Línea tradicionalista. Nombrado por Francisco.
- Matteo Zuppi (Italia, 69 años) – Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Línea progresista. Nombrado por Francisco.
- Pierbattista Pizzaballa (Italia, 59 años) – Patriarca Latino de Jerusalén. Tradicionalista con perfil diplomático. Nombrado por Francisco.
- Péter Erdő (Hungría, 72 años) – Arzobispo de Esztergom-Budapest. Línea conservadora. Nombrado por Juan Pablo II.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años) – Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Línea progresista. Nombrado por Benedicto XVI.







