



Tras un extenso debate legislativo, el gobierno de Javier Milei logró aprobar una pieza central para su gestión: el Presupuesto 2026. Allí, el jefe de Estado dispuso un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 5%, una inflación anual del 10,1% y un tipo de cambio oficial mayorista de $1.423 para diciembre.
Por otro lado, en el proyecto aprobado por la Cámara alta, la gestión libertaria también fijó las principales pautas de la política fiscal, financiera, comercial y presupuestaria para el próximo año
El Presupuesto aprobado traza para 2026 un escenario macroeconómico ambicioso. El texto oficial proyecta una expansión del Producto Bruto Interno (PBI) del 5%, una inflación anual del 10,1% y un tipo de cambio oficial mayorista de $1.423 para diciembre. Justamente este último supuesto es uno de los que concentra más críticas, ya que el dólar mayorista ya se ubicó por encima de ese nivel aun antes de que comenzara la discusión parlamentaria.
Las previsiones oficiales también se muestran más exigentes que las del mercado en materia de precios y actividad. Mientras el Gobierno calcula una inflación interanual del 24,5%, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central ubica esa variable en 20,2%. Algo similar ocurre con el crecimiento: el proyecto presupuestario parte de una suba del PBI del 5,4%, frente al 4,4% que proyectan los analistas privados.
En el frente externo, el documento reconoce un deterioro significativo del intercambio de bienes y servicios. De acuerdo con las cifras incluidas, el déficit comercial se ampliaría desde u$s2.447 millones en 2025 hasta u$s5.751 millones en 2026. Se trata de un dato que genera ruido dentro de un programa económico que tiene como uno de sus ejes centrales el equilibrio de las cuentas externas.

























