Pruebas sobre el arma dieron positivo al barrido electrónico

El peritaje sobre el arma que causó la muerte del fiscal Alberto Nisman que se realizó en la provincia de Salta con un maniquí determinó que el arma utilizada deja rastros de en la mano al momento de dispararse.

La prueba consistió en que a un maniquí se le cubrió la mano con piel de cerdo para reemplazar la piel humana. Sobre una apoyatura se puso el arma, se disparó y se retiró la muestra. Una de las muestras se sacó en el momento, otra después de diez horas y otra después de 20: todas dieron positivo.

Fuentes judiciales explicaron que los resultados "no serán concluyentes" pero aclararon que brindan "un marco de referencia". De esta forma, por primera vez se confirmó que el arma perteneciente a Diego Lagomarsino expulsa los componentes propios de la misma, los cuales son vario, plomo y antimonio.

Es para tener en cuenta que las manos de Nisman, a pesar de probarse que el arma fue detonada, no tenían rastros de ningún componente. Vale recordar que la pistola era una Bersa Thunder calibre 22, modelo 64. 

La fiscal Viviana Fein había ordenado el nuevo disparo del arma tal como se lo había sugerido la jueza Fabiana Palmaghini, y el trámite quedó a cargo del Departamento Técnico Científico del Cuerpo de Investigaciones Científicas (CIF), situado en el Edificio Anexo del Ministerio Público de Salta.

Fuente: Diario Punto Uno