Justicia14/11/2013

Un hombre y su vecino condenados por abusar a una menor

Ambos imputados fueron encontrados culpables de haber abusado sexualmente de G.V.M., de once años de edad, hijastra de uno de ellos.

La Sala Tercera del Tribunal de Juicio condenó a D.M., de 59 años, a doce años de prisión por resultar autor material y penalmente responsable de los delitos de abuso sexual agravado por el vínculo y la guarda en forma continuada, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y la guarda, en concurso ideal con corrupción de menores agravado por el vínculo y la guarda. Los jueces ordenaron asimismo que el imputado permanezca alojado en la cárcel penitenciaria local.

En el marco de la misma causa también fue condenado G. P., de 56 años, a seis años de prisión por resultar autor material y penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, en concurso ideal con corrupción de menores, agravado por la edad de la víctima. El tribunal ordenó que continúe alojado en la cárcel penitenciaria local.

Ambos imputados fueron encontrados culpables de haber abusado sexualmente de G.V.M., de once años de edad, hijastra de D.M. La denuncia fue presentada por la madre de la menor.

La mujer, que reside con su familia en General Pizarro (Anta), comenzó a convivir con D.M. cuando su hija mayor tenía dos años. De esa relación nacieron dos niñas más. El 6 de septiembre de 2011, concurrió a la comisaría de su pueblo para denunciar que su pareja, D.M., y un vecino, G.P., habían abusado sexualmente de su hija mayor, que por entonces tenía once años. La mujer fue advertida por la propia nena, quien le relató lo que le venía sucediendo desde hacía varios años atrás, y por algunos vecinos que habían observado actitudes inapropiadas de su pareja hacia la niña.

La menor contó que su padrastro comenzó a “toquetearla” cuando tenía seis años. Explicó que eso sucedía principalmente durante la noche, o cuando se peleaba con su mamá, y con ese pretexto se pasaba a dormir a su cama. También lo hacía cuando quedaban solos en la casa y ella se entraba a bañar. Fue en una de esas oportunidades que consumó el abuso con acceso carnal. En ese momento ella tenía 7 años. Dijo que nunca alertó a su mamá acerca de lo que le sucedía porque él le iba a pegar. “Yo pensaba eso porque tenía un látigo”, explicó. Y agregó que en varias oportunidades le dio plata para que no le contara a nadie: “A veces treinta pesos; a veces dos”, detalló.

G.V.M. también contó que G.P., un vecino que vivía cerca de su casa y los visitaba seguido para tomar mate, le hizo “lo mismo que su papá”.

Fuente: Parte de Prensa Poder Judicial