Fuga del “Señor del Fusil”: un vecino vio cuando subía a una camioneta Amarok
A días de la fuga de Patricio Ruiz Díaz, nada se sabe del peligroso criminal. La única pista firme provino de un vecino del penal de Güemes, quien lo habría visto subir a una camioneta, la que luego se marchó custodiada por otro vehículo 4x4, según pudimos conocer en InformateSalta.
Todas las fuerzas de seguridad, tanto federales como provinciales, tienen como prioridad la recaptura de Patricio Ruiz Díaz, el peligroso criminal pampeano que se fugó el 1 de enero pasado del Complejo Penitenciario Federal NOA III, ubicado en la localidad de General Güemes.
Ruiz Díaz, conocido como el “Señor del Fusil” por el arsenal que tenía en su casa cuando fue detenido, había llegado al complejo de Güemes el 12 de junio pasado y su traslado se había dispuesto por los rumores que había comenzado a circular respecto a un plan de fuga que tenía entre manos.
Lejos de alejarlo de la frontera, e inexplicablemente, se decidió su traslado a la unidad de Güemes, donde siguió con su plan de escape. El primer día de este año, a las 1.30, concretó la tan ansiada fuga, para lo cual sorteó tres vallados armado con una pinza de alicate, la que utilizó para abrirse paso por los alambrados.
Su fuga, por la espectacularidad, se compara a la que protagonizó Marcelo Torrico, también un 1 de enero, pero del año 2006. El doble homicida de los hermanitos Melanie y Octavio Leguina, cumplía una pena de prisión perpetua desde 1999.
A diferencia del “Señor del Fusil”, Torrico no necesitó ningún alicate, pues supero todos los controles caminando y acompañado de Diego Enriquez, su compañero de turno, quien a los dos días fue recapturado, mientras que el doble asesino cayó el 17 de enero, en Plaza Once, en Buenos Aires, cuando intentó robar un celular.
Ruiz Díaz, si bien no se trata de un asesino, es considerado un peligroso delincuente, jefe de una organización narcocriminal. Fue detenido en mayo de 2019 en la localidad de Ingeniero Maschwitz, en el partido de Escobar.
Luego, fue juzgado como jefe de una banda narco que operaba en la zona norte del conurbano bonaerense. Cuando lo detuvieron tenía en su poder 920 kilos de marihuana y casi 12 kilos de cocaína, además de un arsenal en el que se destacaba el fusil semiautomático Colt AR-15 calibre 5.56, que originó el apodo con el que se lo menciona cada vez que se hace referencia a él.
Entre otras armas, también hallaron un fusil FAL calibre 7.62, una ametralladora Pam calibre 9 milímetros, dos escopetas y cuatro pistolas. En ese operativo, además, se incautaron varios vehículos, entre ellos una camioneta, una combi, dos automóviles y dos motocicletas, teléfonos celulares, balanzas chalecos antibalas, juegos de esposas, handies y dinero, entre otros elementos.
Recuento y sorpresa
Sobre su fuga, lo que este medio pudo conocer fue que el primero de año, los internos tuvieron un horario extra para los festejos. En ese lapso, Ruiz Díaz fue visto en el acceso del pabellón donde estaba alojado, en una celda sin compañero.
A las 1.30, cumplido el horario festivo, los guardias procedieron al encierro y recuento de los presos, circunstancias en que se percataron de que el “Señor del Fusil” ya no estaba. En seguida, sucedieron las corridas y se hicieron sonar las alarmas.
En cuestión de minutos, los guardias dieron con la ruta de escape, la que incluyó tres vallados de alambres. El camino de migajas los condujo al exterior, a metros de un canal, sobre el cual había quedado una escalera metálica, única evidencia de la fuga de Ruiz Díaz.
Al profundizar las pesquisas, surgió un testigo valioso. Se trata de un vecino, quien en la madrugada del primero vio a un hombre cuando se subía a una camioneta VW Amarok, la que se marchó de inmediato secundada por otra, marca Toyota.
Este dato no hizo más que confirmar que la fuga no sólo incluyó la connivencia de alguno que otro jefe carcelario, sino también un fuerte apoyo logístico. Además, no se descarta la participación de un tercer vehículo, pues en el mismo lugar donde se lo vio al reo subirse a la camioneta, apareció una Ford Eco Sport abandonada.
Para poder establecer la ruta de escape, se dispuso la recopilación de imágenes de cámaras de video en el sector donde se vieron las camionetas, un dato a partir del cual se podría determinar la ruta de escape del preso y cuántos más ayudaron en su fuga.