Justicia23/02/2024

Beatriz González, víctima de un violento femicida obsesionado con ella

El 22 de diciembre de 2021, se conoció el hallazgo sin vida de una mujer, la cual fue encontrada por un trabajador en las márgenes del Dique Campo Alegre, en La Caldera. El joven aseguró que la vio tirada en medio de una escena de terror y “deduje que era una mujer por una sandalia que tenía puesta y me di cuenta que estaba muerta”, dijo, para luego convertirse en la primera persona en alertar al 911 sobre lo que fue un femicidio.

El cuerpo era de Beatriz González de 40 años, quien fue hallada mutilada y desfigurada, vivía en Vaqueros y una ardua investigación que incluyó la revisión de cámaras de seguridad públicas y privadas, investigadores dieron con las primeras pistas para dar con el homicida.


La Caldera: Llevarán a juicio al femicida de Beatriz González

En esas imágenes se logró captar la presencia de Tayro Shiroky Tsuboi Zayas, en ese momento tenía 27 años, de nacionalidad paraguaya y que en aquel entonces fue señalado como la última persona en ver con vida a Beatriz, luego eso se confirmaría sacando a luz una relación amorosa sin futuro que terminó en tragedia.

Hoy el joven fue condenado a prisión perpetua, responsable de los delitos de homicidio calificado por la relación de pareja previa, ensañamiento, alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género (femicidio), en concurso real con robo, estafa y estafa por uso de tarjeta de crédito robada reiterada, en perjuicio de Beatriz Inés González (40).


Detuvieron a un sospechoso del crimen de Beatriz González en el dique

El caso generó gran consternación y si bien no trascendieron detalles de la vida privada de la víctima por un pedido expreso de su familia, entre ellos su única hija, se supo que ambos mantuvieron una relación amorosa que no tenía proyecciones de futuro, la noticia petrificó a la familia de él, que no conocían lo que sucedía y se dieron con la noticia el día que efectivos de las fuerzas de seguridad realizaron un allanamiento en la casa familiar en el barrio Universitario, en la zona norte de la ciudad.

Allí encontraron las pertenencias de la víctima, e incluso se supo que sufrió el desmembramiento de un dedo con el fin de desbloquear sus cuentas bancarias para poder hacer compras y operaciones económicas.

Hoy tras casi tres años de aquél trágico día, el joven fue condenado a prisión perpetua, la jueza Paola Marocco ordenó el inmediato traslado y alojamiento del condenado en la Unidad Carcelaria 1. Recomendó al director del Servicio Penitenciario que se le brinde tratamiento psicológico o psiquiátrico vinculado a la problemática de violencia de género y para el control de impulsos violentos.