"Era un chiste", la defensa de una testigo en el juicio por el atentado a Cristina Kirchner
Una testigo quedó detenida al término de la última audiencia en el juicio por el atentado a Cristina Kirchner. Luego de afirmar en reiteradas oportunidades que los mensajes y dichos que comprometen a Nicolás Carrizo –por los cuales está procesado en la causa– no eran serios, sino meras humoradas que carecen de verosimilitud, la insistencia en las preguntas de la jueza, la fiscal y la querella derivaron en que contradijera la declaración que había brindado inicialmente, durante la etapa de instrucción.
Se trata de Lidia Benítez, una amiga de Carrizo, que ofreció un relato inconsistente y cargado de “contradicciones”, según coincidieron las distintas partes en el juicio.
“Era en chiste”, repitió Benítez en diversos tramos de su declaración en alusión a las expresiones de Carrizo, en una de las cuales, por caso, sostenía que terminaría el trabajo que no puedo hacer Fernando Sabag Montiel, el tirador frustrado que el 1 de septiembre de 2022 gatilló a centímetros del rostro de la exvicepresidenta.
“Era en modo chiste”, afirmó la testigo. “Él es así. Le gustaba ver las reacciones de las personas, aunque no estaba implicado”, lo defendió, y dijo que su amigo, por quien pondría “las manos en el fuego”, no tenía nada que ver con la planificación del ataque.
La presidenta del tribunal, Sabrina Namer; la fiscal Gabriela Baigun y los abogados de la querella, Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira, intentaron –sin éxito– modificar la monotonía de su respuestas y obtener más precisiones sobre los dichos de Carrizo.
“Dígame, ¿cómo era el modo chiste?”, la confrontó Baigún. “¿Usted tomaba todo a modo de chiste?”, le preguntó la juez Namer. “¿Qué no se tomaban en chiste?”, intentó en otro tramo el abogado Aldazábal.
Benítez, sin embargo, dejó invariables sus respuestas. “Lo dijo en chiste”, repitió numerosas veces a lo largo de su declaración.
“La palabra chiste ha dado vueltas sobre todo el debate”, indicó, impaciente, Ubeira. “La real academia define a chiste como una ocurrencia graciosa y aguda. Lo que no logro entender cual es la parte aguda y cual es la parte graciosa de todo esto”, afirmó.
Las preguntas de las partes, sin embargo, empujaron a Benítez a una zona incómoda, y terminó por afirmar hechos que chocaron con su relato en la testimonial que brindó al inicio de la causa frente al fiscal Carlos Rívolo. En esa primera declaración, Benítez sostuvo que Carrizo tenía un arma, pero este miércoles dijo que solo tenía un arma de juguete que usaba para asustar a su hermano.
Para zanjar la incongruencia, afirmó que quienes le tomaron la declaración, el fiscal y el fiscal auxiliar, “tergiversaron” sus dichos.
El tribunal oral federal número 6 tomó la decisión de detenerla luego de considerar en un cuarto intermedio la petición realizada por la fiscal Baigún, que también fue apoyada por la querella.
Por su parte, la abogada de Sabag Montiel, María Fernanda López Puleio, no se opuso a la detención y Gastón Marano, el defensor de Carrizo –beneficiado por el relato de Benítez– si bien consideró que no era necesaria la detención, sí se mostró a favor de iniciar una investigación sobre la declaración, dada las “flagrantes” contradicciones en la que había incurrido la testigo.
“No solamente ha sido [un testigo] reticente sino que ha sido inexplicable. Me parece que se ha cometido delito y que no puede continuar brindado declaración frente al tribunal”, dijo Ubeira, respaldando el pedido de detención de la fiscal Baigún. “Las contradicciones son evidentes y en puntos sustanciales”, sumó Aldazábal. “Es una contradicción flagrante en un testimonio que repite lo mismo ante todas las preguntas”, cerró.
“Se corrobora objetivamente que hay diferencias marcadas, algunas relevantes, respecto a su declaración de primera instancia”, señaló Marano. “No cabe sino coincidir con la existencia de contradicciones, algunas relevantes”, continuó, para cerrar: “Entiendo que no corresponde de ningún modo detenerla en audiencia. No veo que corresponda más que investigar la posible comisión de ese delito”.
Antes de pedir la detención de Benítez, la fiscal Baigún intentó sumar presión al tribunal: “Interrogar a gente que se la pasa diciendo ‘es un chiste, chiste, chiste’ o ‘no recuerdo, no recuerdo, no recuerdo’ es agobiante, pero tampoco pueden mirar para otro lado y decir que la contradicción sobre hechos esenciales no existe”, dijo.
La fiscal aludió así al testigo Daniel Gómez, quien la semana pasada brindó una declaración en la misma línea que Benítez.
Gómez, amigo también de Carrizo –el presunto jefe en el negocio de la venta de azúcar– aseguró que los mensajes comprometedores que ambos intercambiaron tras el ataque a la exvicepresidenta, el 1 de septiembre de 2022, debían ser leídos en clave humorística, siguiendo la costumbre que ambos tenían de hacerse bromas mutuamente.
“Era en chiste”, repitió numerosas veces a lo largo de su declaración frente al tribunal, en referencia al contenido de los mensajes.
“Le quiso pegar un tiro a Cristina”, “es mi empleado” o “estoy orgulloso de mi empleado”, fueron algunas de los mensajes que Carrizo, en referencia a Sabag Montiel, le envió a Gómez aquella noche. “Creo que voy a terminar este trabajo yo”, le aseguró también, al igual que a Benítez.
“Yo lo tomé en chiste. Hay que tener dos dedos de frente. Somos gente laburadora. Si me dicen esto es porque me están descansando”, indicó Gómez. “Sé que no está loco”, añadió sobre Carrizo.
Benítez fue detenida al término de la audiencia y pasará a estar en manos del juez de turno, a quien se le enviará la grabación de su testimonio. “Como con cualquier delito que suceda en la calle”, explicó una fuente judicial.