Justicia20/12/2025

Cuando el hogar deja de ser un refugio: Una madre y una condena por violencia familiar en Cerrillos

Un hombre de 20 años fue condenado en la localidad de Cerrillos por delitos de violencia familiar cometidos contra su madre, luego de una serie de denuncias que dieron cuenta del incumplimiento sistemático de medidas judiciales, ingresos ilegales al domicilio y la sustracción de diversos elementos.

Las actuaciones se iniciaron a partir de las denuncias radicadas por la progenitora del acusado, contra quien se había dispuesto la exclusión del hogar desde septiembre de 2024. Pese a las restricciones vigentes, el imputado ingresó en reiteradas oportunidades a la vivienda ubicada en el barrio Los Paraísos, provocó daños y sustrajo objetos personales.

Por expresas directivas de la Fiscalía Penal a cargo, ante el Juzgado de Garantías 3, en el marco de la audiencia de prisión preventiva, el hombre fue acusado por los delitos de desobediencia judicial (ocho hechos), hurto (siete hechos), robo y daños.


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Según se desprende de la investigación, desde noviembre de 2024 el acusado ingresó en múltiples ocasiones al domicilio materno, en distintos días y horarios, sin autorización y desoyendo las medidas cautelares dictadas previamente por el Juzgado de Violencia Familiar desde diciembre de 2023.

Durante esos episodios, sustrajo una balanza, un nebulizador, cargadores de celular, útiles escolares, un termo, un alargador, una parrilla y otros elementos. En enero pasado, tras saltar un alambrado y dañar la puerta de ingreso, se llevó colchas, una caja de cubiertos y un cargador de celular.

La imputación por daños también incluyó un hecho ocurrido en la madrugada del 23 de octubre, cuando el acusado ingresó nuevamente al domicilio y, tras solicitar dinero y recibir una negativa, se tornó agresivo y provocó destrozos en muebles y en la puerta de la vivienda, además de golpear distintos bienes de su madre.

Tras recibir la confesión del acusado, el juez lo condenó a siete meses de prisión de cumplimiento condicional. Asimismo, le impuso reglas de conducta por el plazo de dos años, entre ellas: someterse al Programa de Inserción Social de Presos y Liberados, prohibición de ejercer violencia, restricción de acercamiento a menos de 500 metros de las denunciantes, tratamiento psicológico —sujeto a evaluación— y la implementación de medidas de protección como consigna ambulatoria o botón antipánico.

Los casos de violencia familiar existen, se repiten y suelen ser profundamente complejos. En muchas situaciones, las víctimas llegan a la Justicia luego de atravesar largos períodos de miedo, angustia y desgaste emocional, probablemente después de haber intentado el diálogo y otras vías posibles. La reiterancia de este tipo de hechos demuestra que no se trata de episodios aislados, sino de conflictos que escalan y se vuelven incontrolables. En ocasiones, estos comportamientos también pueden estar atravesados por consumo problemático de estupefacientes, lo que agrava el escenario. Más allá de la condena judicial, muchas veces estas situaciones representan un llamado de auxilio ante realidades desbordadas, como en este caso, que tuvo como víctima a una madre.