Una religiosa argentina será una nueva beata en la Iglesia Católica

Se trata de la madre Catalina de María, quien fue la fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón. Se le reconoce un milagro a una mujer en Tucumán. La medida la tomó el papa Francisco.

Sociedad 04/05/2017

Por decisión del Vaticano, nuestro país tendrá una religiosa que se convertirá en beata de la iglesia Católica. Se trata de Josefa Saturnina Rodríguez, más conocida como madre Catalina de María, a quien se le atribuye un milagro para el cual no se le encontró explicación.

La medida la tomó el mismo papa Francisco, en cuanto a la beatificación de la fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, quien nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823 y falleció el 5 de abril de 1896.

El “milagro” que se le atribuye fue reconocido por la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, y que ocurrió hace 20 años cuando una mujer que vive en Tucumán se recuperó de un paro cardiorespiratorio que la dejó sin signos vitales durante 25 minutos y para el que una junta de médicos de la Santa Sede "no encontró explicación científica", según explica el diario Clarín.

beata

Su historia

Luego de haberse casado, de haber tenido una hija que murió al nacer, y de haber enviudado, la madre Catalina de María fundó la congregación que hoy tiene presencia en varios países. En 1877, la nueva beata recibió de San Cura Brochero un pedido de ayuda para la misión apostólica y educativa que el "cura gaucho"  había emprendido en Traslasierra.

Brochero "le pidió, a siete años de fundada la Congregación, que mandara un comunidad de hermanas para hacerse cargo de la Casa de Ejercicios y del Colegio de Niñas. 16 Hermanas cruzaron en 1880, las Sierras Grandes a caballo con esta Misión. Brochero en 1882, le escribe una carta a Catalina diciéndole lo mucho que la aprecia a ella, a la Congregación y a la Comunidad del Tránsito (hoy Cura Brochero) y Catalina destaca en sus Memorias en 1890, que él era un sacerdote humilde, trabajador y de heroica abnegación".

La religiosa, que murió en la Pascua de 1896, había sido declarada "venerable" por el papa Juan Pablo II el 17 de diciembre de 1997. La tarea evangelizadora de su congregación hoy se desarrolla en escuelas, ejercicios espirituales, hogares para menores en riesgo y misiones en Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, La Rioja y San Juan.

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