Mientras los argentinos nos preparamos para recordar un nuevo aniversario de la histórica Revolución de Mayo de 1810, desde InformateSalta nos propusimos recordar qué fue lo que pasó en aquellos días, y cuáles fueron los temas centrales que hicieron de eje en aquellas jornadas tan decisivas para una entonces futura nación.
El día 22 de mayo se convocó a la primera sesión del Cabildo Abierto, donde desde temprano llegaron cerca 250 de los 400 ciudadanos invitados a sumarse a las deliberaciones. Desde el primer momento, el debate estuvo muy acalorado, con discursos fuertes entre dos facciones: por un lado, los españoles y sus simpatizantes, quienes defendían la representación de la corona en el virreinato como su continuidad. De la vereda contraria, estaban los patriotas, que afirmaban que debían asumir el gobierno.
Representante de los primeros fue el obispo Benito Lué, quien afirmó que “los españoles que se encontrasen en la América deben tomar y reasumir el mando de ellas y que éste sólo podría venir a manos de los hijos del país cuando ya no hubiese un español en él”.
La respuesta vino de mano de Juan José Castelli, el cual señaló que “los españoles de España han perdido su tierra. Los españoles de América tratan de salvar la suya. Los de España que se entiendan allá como puedan y que no se preocupen, los americanos sabemos lo que queremos y adónde vamos, aunque el señor obispo no lo sepa ni quiera seguirnos”.
A su paso continuó el fiscal Manuel Genaro Villota, representante de los españoles más conservadores, quien trató de reforzar al obispo Lué, subrayando que Buenos Aires no podía tomar las decisiones que la corona, ni dar paso a una nueva junta, dado que ésta más dividiría los pueblos que mantenerlos bajo control.
El contra discurso lo dio Juan José Paso, quien si bien dio razón en uno de los puntos a Villota, justificó: “Una de las primeras medidas debe ser la formación de una Junta provisoria de gobierno a nombre del señor don Fernando VII y que ella proceda a invitar a los demás pueblos del virreinato a que concurran por sus representantes a la formación del gobierno permanente".
La discusión continuó a lo largo del día, viéndose que era casi la mayoría quienes estaban a favor de destituir al virrey, pero el problema recaía en qué hacer con el gobierno del virreinato. Cornelio Saavedra propuso que se delegara el mando en el Cabildo, hasta la formación de una junta gubernativa.
El debate prosiguió hasta la medianoche, donde los cabildantes procedieron a votar por la continuidad o destitución del Baltasar Hidalgo de Cisneros. El resultado sería a favor de que abandone su cargo.