En el juicio contra "Chirete" Herrera salieron a la luz irregularidades institucionales

La Sala de Grandes Juicios hoy se llenó de policías de civil y uniformados. Pasadas las 10 cuatro efectivos del G.E.O.P.S  custodiaron el ingreso de Gabriel, “Chirete” Herrera, acusado de matar a su novia Andrea Neri durante una visita íntima en el Penal de Villa Las Rosas. Con chaleco antibalas, una camisera celeste, un jean y zapatillas azules se sentó a un costado del tribunal.

Al frente cinco efectivos del Servicio Penitenciario mostraban con su solo semblante la preocupación. Es que hoy comenzaron a ser juzgados por incumplimientos de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte.

Los jueces Pereyra, Mukdsi y Riera dieron inicio a las audiencias donde primero se leyó la requisitoria a juicio. En un detalle pormenorizado se contó todo lo que ocurrió el cinco de enero de 2017, cuando Andrea ingresó a la Unidad Carcelaria con el bebé de ambos en brazos para una visita íntima y fue asesinada tras recibir al menos 36 heridas en el cuello y rostro con una gubia. Durante la primera audiencia quedó acreditada la vulnerabilidad de la víctima.

En ese momento eran 11 los internos del pabellón E que estaban teniendo ese tipo de visitas, el resto de los presos esperaba a sus familiares en un locutorio, viendo televisión. Un preso declaró que fue al baño y escuchó los quejidos de Andrea, dio aviso al celador pero no le hicieron caso.

Chirete escuchó atentamente cada palabra, tuvo inconvenientes con sus cuidadores porque insistió en que le saquen las esposas durante la audiencia, algo que no ocurrió. Cuando se hizo mención al modo en que  terminó con la vida de la joven, sonrió, una provocación que se condice con su perfil psicológico que da cuenta de que es impulsivo, agresivo,  con rasgos psicopáticos y  manipulador.

Con una actitud provocadora se negó a brindarle sus datos personales al juez, es más le faltó el respeto diciendo: “Que usted no sabe leer. Quiero que me expliquen por qué lo acusan al otro (por Nelson Alexander Cardozo) de abandono de persona”, en ese momento reinó un silencio estremecedor, calmado el magistrado le explicó que después le volverán a leer la requisitoria y siguió con la audiencia.

Durante ese trámite se leyó la declaración de los compañeros de celda, quienes aseguraron que Chirete no tenía permiso para portar herramientas y que el día del homicidio no hubo requisas, es más explicó que la última se realizó cuatro días antes del trágico día, algo que muestra que el acusado tuvo la libertad de obtener el arma y esconderla sin problemas.

Los padres de Andrea, Juan Pablo Neri y Susana Quiroga, fueron los primeros en declarar. Él contó cómo se enteró que su hija estaba de novia con un preso, le echó nuevamente la culpa a su exesposa porque fue quien la llevó una par de veces a visitar a unos primos, que en ese momento compartían el pabellón con Chirete.

“La amenacé, le dije que si la veía haciendo fila para entrar a la cárcel la iba a sacar de las mechas, ahora lamento no haberlo hecho. Cuando la vi embarazada le reclamé ella solo lloraba y agachaba la cabeza. Andre era muy callada, no hablaba, no contaba nada”, sostuvo.

Su madre en medio de sollozos dijo que la llevó cuando era menor porque ella le dijo que quería ver a sus primos. “Si me reconoció la relación, no sé cómo hizo para conseguir el permiso para ir a verlo. Iba a todas la visitas, los jueves y domingos”, sostuvo.

Ambos acreditaron que la joven no tenía independencia económica y fue a dar a luz a su hijo acompañada por una prima y por su hermano. La vulnerabilidad de Andrea quedó expuesta desde el primer día de audiencias, donde además se hizo referencia a que ella firmó un acta haciéndose cargo de los riesgos de mantener una visita íntima con Herrera, algo que no se puedo establecer en qué contexto se dio.