Desesperado pedido de plasma para un policía con COVID-19
Se trata de José Luis Mendoza, miembro de la Policía de la Provincia, es paciente positivo de covid-19, y pelea para salir adelante. Su familia lanzó una campaña solidaria.
Solidaridad30/08/2020En un desesperado mensaje, la familia de José Luis Mendoza pide a las personas que se hayan recuperado de Coronavirus que donen plasma para el tratamiento de los convalecientes. Quienes deseen hacerlo, pueden contactarse con el Hospital del Milagro.
Tal como lo expresan especialistas, el plasma de pacientes recuperados de coronavirus surge como la mejor alternativa, ya que, según los expertos, se trata del único “remedio” que hoy está disponible. Sin embargo, al ser un recurso tan escaso, es fundamental apelar a la solidaridad de los posibles donantes.
En una entrevista con Infobae el doctor Luis Sarotto (MN 78073) explicó que cuando una persona se contagia una enfermedad viral como el coronavirus o la hepatitis, por ejemplo, rápidamente se generan dos tipos de anticuerpos: la inmunoglobulina M (IgM) y la inmunoglobulina G (IgG). La primera brinda inmunidad inmediata: rápidamente sube y, del mismo modo, desaparece. Podríamos decir que se trata de la primera fuerza de ataque. Por su parte, la inmunoglobulina G es la que genera una memoria inmunológica contra la enfermedad. Esta es la que uno mide cuando está vacunado. Por ejemplo, cuando una persona se vacuna contra la hepatitis o el sarampión y se mide la inmunoglobulina G, que para esa enfermedad la va a tener elevada, lo que significa que adquirió defensas y que no se va a enfermar.
Entonces, el paciente convaleciente aumenta la inmunoglobulina M, que es la que baja y no nos sirve, pero a partir de los 7 días y en forma persistente, mantiene elevada la inmunoglobulina G. Cuando esta última es extraída de la sangre a través de la plasmaféresis, la persona contagiada de COVID-19 recibe una transfusión que le brinda un número de anticuerpos muy importante, antes de que su organismo los haya podido fabricar.
Por eso, lo importante es darle el plasma al paciente que se interna con algunos criterios de gravedad de mal pronóstico -por comorbilidades o enfermedades asociadas- o que ya tiene disnea o fiebre, y cuyos resultados de laboratorio indican que se trata de un paciente de alto riesgo. Ese es el paciente que más se beneficia con el plasma, porque se le están dando los anticuerpos que aún no fabricó y que lo ayudan a combatir la enfermedad, desde el primer momento en que se internó. Por eso el plasma no sirve en los casos de pacientes que ya se encuentran en un muy mal estado general.