Según lo revelado por fuentes internas de la Central de Policía, el comisario detenido por una estafa de caso 300 mil dólares, tuvo un derrotero por las áreas de Transporte y Tesorería de la Policía, entre otras oficinas contables, donde el comisario habría tomado contacto con expedientes y supo hacer muy los deberes respecto a los manejos financieros, aunque, al parecer, no para beneficio de la institución sino el propio.
Incluso algunos comisarios que conocen la trayectoria del joven oficial, revelaron que Colantuono ya habría tenido algunos problemas internos por fraude, pero nunca llegó a ser tocado debido a los oficios de su pareja, quien, durante la gestión anterior, contaba con la protección del ex jefe de policía, comisario Angel Silvestre.
Al respecto, desde el DSU, algunos policías dejaron entrever que el alambrado que el comisario colocó en su casa, habría salido de las instalaciones de esa división policial, siendo esta una práctica antigua dentro de la fuerza policial.
También, desde el mismo DSU, contaron que en una ocasión se intentó investigarlo, pero el comisario sacó licencia por estrés laboral, la cual le fue otorgada de inmediato por la entonces jefatura policial, en ese entonces al mando de Silvestre.
Incluso revelaron que Colantuono ingresó a la fuerza como suboficial, pero hizo los oficios necesarios y logró que lo admitan como oficial, lo que le permitió una aceitada carrera, siempre detrás de los escritorios y con el manejo de papeles.
La supuesta protección de la que gozaba en la gestión anterior, según fuentes policiales, le habría permitido tramar la maniobra que le llenó los bolsillos con más de 45 millones de pesos, pues el fraude, según la investigación judicial en curso, se cometió el 4 de julio de 2019.
Varios dentro de la fuerza creen, a esta altura, que la maniobra no fue totalmente obra de Colantuono, sino que habría otros cómplices por detrás, con quienes el comisario repartió los 300 mil dólares que se hizo adjudicar de un sucesorio con un oficio falsificado.
Los interrogantes, en tal sentido, no apuntan a otros funcionarios del mismo rango de Colantuono sino por el contrario, por lo que exigieron que se profundicen las pesquisas, ya que la misma podría traer muchas más sorpresas.
Muchos dudan que la pareja del Comisario, otra importante funcionaria policial, no haya estado al tanto de la maniobra, pues gozaba de los dividendos obtenidos, una vida que, según los policías, nunca la hubiera podido tener con los magros sueldos provistos por el estado a los uniformados.