Conocé la historia del zapatero de Tres Cerritos que es furor en Instagram

Sociedad 30/03/2021
zapatero

Sin dudas, la llegada de la pandemia del coronavirus obligó a muchas personas a tener que reinventarse para hacer frente a las dificultades económicas que provocó el aislamiento. La historia de Pablo Sepúlveda refleja, ni más ni menos, una experiencia de superación, de esfuerzo y de pasión por un oficio casi olvidado por las nuevas generaciones.

“Zapatero Tres Cerritos” se trata de un proyecto que Pablo tenía en su cabeza casi sin darse cuenta, pero que la pandemia lo obligó a llevarlo adelante. Nacido en una familia de zapateros, lleva en sus sangre el amor por los calzados.

“Todo nace a partir de la pandemia, la economía de mi familia estaba muy inestable. A partir de eso le planteo a mi esposa la idea de poner un taller de calzado, es algo que yo hice de chico en el taller de mi papa. Si bien al oficio yo ya lo tenía, el desafío era cómo plantearlo 20 años después de no agarrar un zapato”, contó a InformateSalta.

Los conocimientos y la idea estaban, sin embargo, la pandemia planteaba más de un desafío. “Yo no podía salir a alquilar algo y mucho menos abrir las puertas de un taller para que ellos vengan. El proyecto que había nacido como un taller que íbamos a alquilar un lugar, paso a ser un proyecto en la casa. Empecé a trabajar en el patio de mi casa. La puerta de promoción iba a ser en ese entonces Instagram”. 

El proyecto salió a la luz en marzo del año pasado y ya cuentan con casi 7 mil seguidores. “Las redes sociales son un mundo nuevo, tenemos que empezar a focalizarnos. Yo me muestro como zapatero, me focalizo en eso para que la gente me conozca como zapatero. Si quieres vender algo, la gente te tiene que identificar con el producto. No solo ofrecer mi trabajo, mi servicio, sino que pueda haber otras personas que se acuerden de que existen los zapateros”, expresó.

Día a día “Zapatero Tres Cerritos” cuenta con más seguidores y clientes, salteños que no sólo lo eligen por su calidad sino también porque quieren aprender un poco de este milenario oficio. “Se ha perdido mucho la cultura del esfuerzo y del trabajo. No pretendo dejar un legado como zapatero en sí, sino el valor del trabajo, poder valorar el oficio”, concluyó. 

 

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