Foto: Radio La Viña
Mucho se ha hablado por estos días de Maxi Sánchez, el joven originario de la comunidad Wichí quien fue seleccionado entre los 50 mejores estudiantes del mundo, siendo uno de los finalistas del Global Student Prize, un programa que busca reconocer aquellos esfuerzos y logros de estudiantes extraordinarios.
Su nominación, sacó a la luz la vulnerabilidad en la que vive junto a los suyos, y la posibilidad de contar su historia hizo que pueda cumplir algunos de sus sueños como conocer al presidente Alberto Fernández. Ahora su vida parece dar un cambio de 180 grados con buenas noticias y vivencias que seguramente no imaginaba que iba a experimentar.
La primera de estas experiencias fue el reconocimiento obtenido por el Gobierno de la Provincia, siendo recibido por el gobernador Gustavo Sáenz. “Te felicito por el enorme esfuerzo realizado, por el empuje y la solidaridad con los salteños, sos un ejemplo y un gran orgullo para la provincia, el país y el mundo”, supo declarar el mandatario tras el encuentro.
La segunda fue cuando, hace una semana, conocía al presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada, intercambiando charlas, anécdotas y hasta regalos. “Es un ejemplo para todos los argentinos”, lo definió el Jefe de Estado al recibirlo en la Casa de Gobierno.
Tras el encuentro, siguieron grandes momentos para el muchacho originario como conocer el Congreso de la Nación, ser entrevistado en la TV Pública donde contó su historia, conocer el estadio de La Bombonera de Boca Juniors o el Monumental de River Plate, y también recibir de regalo un celular y una computadora últimos modelos para avanzar con sus estudios, su capacitación, el desarrollo de su aplicación y trabajar reparando celulares.
Pero sin dudas, ahora llegó lo mejor para Maxi: una casa. Según informa Radio Panamericana, desde la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) de General Mosconi comenzaron a trabajar en una vivienda con materiales para el joven.
José Pepino Fernández, líder de la UTD de Mosconi señaló que esta acción la están realizando a pulmón y de manera desinteresada, avanzando con la estructura para el inmueble que ya se encuentra lista para comenzar a colocar los ladrillos.
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