El viejo continente suele mirarse como ejemplo de civilismo y orden. Sin embargo durante la pandemia de coronavirus, Europa convive con un problema que prácticamente no existe en la sociedad argentina: el movimiento antivacunas. No se trata únicamente de la negativa al antídoto recientemente creado para tratar el covid-19, sino de un grupo que históricamente opta por no inocularse ya que esto no es obligatorio. Austria se convierte en un ejemplo claro de esta problemática ya que con 66% de la población vacunada, protagoniza por estos días protestas multitudinarias en contra del antídoto. No son únicamente "los de siempre" sino que los lidera el neonazismo de la mano de Herbert Hickl del PFO, según el testimonio de argentinos en Viena.
El medio MDZ Radio profundizamos sobre la situación en Austria en su primer día de aislamiento con el relato en primera persona de la periodista argentina radicada en Viena, Virginia Pérez Aráoz. "La gente ya está canchera con los confinamientos y está también un poco cansada". El país acumula 1.056.613 casos y 12.561 muertos desde el inicio de la pandemia, según los datos de la universidad John Hopkins.
El pasado viernes se anunciaron las restricciones que empezaron en el primer minuto del lunes 22 de noviembre. Se trata de un confinamiento que permite la compra de víveres, las clases y la asistencia al trabajo, pero nada más. "Los comercios, la gastronomía, la hotelería, turismo y espectáculos están cerrados. A diferencia de los encierros anteriores las escuelas están abiertas y la asistencia es opcional" y aún así "las escuelas están llenas".
Esta medida no fue la primera opción para el Gobierno de Austria. "Este lockdown se anunció luego de que la primera semana se restringiera únicamente la circulación de los no vacunados. Esto no funcionó". A pesar de que actualmente es para todo el mundo el aislamiento, la idea es que cuando termine, "quienes no recibieron el antídoto continúen confinados".
Entre los efectos posibles que a dos años del inicio de la pandemia en el mundo puede tener hablar de "confinamiento" nuevamente es que aquellos que sí recibieron la vacuna se enfrenten en Austria a quienes se niegan a hacerlo. Pero esto no sería lo único. "El sistema sanitario está ocupado en un 100% y en un 90% de los internados con cuadros severos de covid-19 son precisamente las personas que no han querido recibir la vacuna". Esto provocó en el personal sanitario "una frustración y una bronca que se está gestando", señaló Pérez Aráoz. Asimismo produce una especia de "grieta" entre quienes se vacunaron y quienes no.
La campaña de vacunación en Austria fue exitosa en términos de que "hubo vacunas de sobra". De hecho, la periodista argentina cuenta que el país donó dosis a otros porque se compró demás. Hoy por hoy están aplicando 24 horas, siete días a la semana. Hay testeos gratuitos de todo tipo. No faltó nada por parte del Gobierno para controlar la situación".
A pesar del rebrote que se vive en Austria las fronteras no están cerradas. Quizá en un futuro suceda que "los países vecinos que están mejores nieguen el ingreso a turistas austríacos", opinó Pérez Aráoz. Actualmente para ingresar con un test negativo es suficiente.
En cuanto a la aplicación de la obligatoriedad de vacunarse que regirá en Austria desde febrero de 2022, aún no se conocen muchos detalles. "Lo que se está hablando actualmente es que la persona que no se vacune podrá tener una multa de hasta 3.500 euros, lo cual es bastante dinero aquí -continuó Pérez Aráoz desde Viena- ya que el salario mínimo ronda los 1.200 euros".
Algunas empresas alrededor del mundo están incorporando como criterio la exigencia de vacunación completa para la continuidad laboral. Esto está sucediendo también en Austria aunque de manera sutil ya que no sería legal en aquel país que se produzca un despido o suspensión motivado por no tener el carnet al día. "El tema es que hasta las personas que trabajan en el sistema de salud, un porcentaje de los mismos, no quieren recibir el antídoto".
Un elemento llamativo sobre las protestas del fin de semana pasado en Austria es la participación y, de alguna manera, encabezamiento de un dirigente neonazi como Herbert Hickl de PFO. "Se sumaron y están liderando el movimiento la oposición de derecha con los neonazis. El sábado pasado hubo una marcha muy grande en Viena con más de 40 mil personas y convocó y lideró la ultraderecha justamente encabezados por Herbert Hickl que está en su casa con coronavirus".