Tras emitirse ayer en el dictamen a favor de renovar el endeudamiento con el FMI, ya está todo listo para que este jueves el Senado sancione el programa de Facilidades Extendidas que refinancia la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cristina Fernández de Kirchner ya formalizó la convocatoria a la sesión y su bloque ya fue tomando decisiones con votos a favor, en contra y abstenciones. Toda la calma que se vio ayer no garantiza que la interna del Gobierno vuelva con mas fuerza tras la votación.
Tras firmarse el dictamen a favor por unanimidad en la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, el oficialismo podrá apunta a sesionar para convertir en ley el proyecto que autoriza al Poder Ejecutivo a refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Nada parece que vaya a cambiar en esa sesión que arrancará a las 14 y que tiene previsto convertir en ley la ratificación del acuerdo hacia las 20 ya que el Frente de Todos tiene posiciones divididas pero la llave para la aprobación la tiene Juntos por el Cambio que definió ayer, en su reunión de bloque, habilitar el tratamiento del acuerdo en el recinto aportando los dos tercios que se exigen para estos casos. El dictamen en la comisión con 17 votos a favor sobre 17 diputados presentes y sólo dos abstenciones del kirchnerismo, dio la garantía final para la sesión de hoy.
Esto es así porque de acuerdo al reglamento del Senado deberían transcurrir siete días entre la firma del dictamen y la sesión, con la única excepción de que el expediente se inserte sobre tablas en el temario, lo cual requiere de un quórum de dos tercios y luego otra vez los votos de dos tercios de los presentes para la aprobación. El oficialismo ya formalizó la convocatoria a la sesión para las 14 de este jueves.
Durante la reunión de hoy, el interbloque opositor definió la estrategia y dio luz verde para sesionar, pese a los amagues del PRO de retacear el quórum como represalia por las versiones (desmentidas por ahora) de un aumento en las alícuotas de los derechos de exportación de algunos productos agrícolas. En la Unión Cívica Radical (UCR), en línea con el Gobierno, primó la vocación de avanzar rápidamente y dar por cerrado el capítulo del acuerdo con el FMI.
Si bien la alianza opositora pensaba consultar la decisión con la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, que iba a reunirse por zoom, la prisa del oficialismo para darle celeridad al tema, cambió completamente los planes.
En la Casa Rosada se cree que una vez que el Senado ratifique el entendimiento con el FMI bajarán las llamas del fuego amigo y alejará, por lo menos un tiempo, los rumores de la ruptura de la coalición del Frente de Todos. Esa aspiración no esta garantizada: Alberto Fernández sabe que los conflictos que tiene por delante y las medidas que deberá tomar con una inflación descontrolada le pueden hacer estallar nuevamente en breve la frágil tregua que comenzó a vivir ayer. No solo son las diferencias entre la Casa Rosada y La Cámpora sobre el futuro económico lo que alimenta el incendio que es hoy la interna del Frente de Todos. También deberá solución Alberto Fernández la certeza que tiene Cristina Fernández de Kirchner sobre la participación de organizaciones ligadas al oficialismo en el ataque a pedradas a su despacho en el Senado.
Por último, se sabe que votarán en contra o se abstendrán los camporistas Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde, Martín Doñate, María Eugenia Duré y Matías Rodríguez; y el ultrakirchnerista neuquino Oscar Parrilli. Y se espera que el mismo camino tomen las senadoras cercanas a Cristina Kirchner Silvina García Larraburu, María Pilatti, Nora Giménez, Silvia Sapag y María Eugenia Catalfamo.