El mercado arrancó la semana con una fuerte tensión siguiendo la turbulencia por la situación de la deuda en pesos, la caída de los bonos, la fuerte suba de los dólares, y la pronunciada baja de las acciones en la bolsa porteña y los papeles que cotizan en Wall Street.
¿Qué está pasando? Te lo contamos en 5 pasos:
Bonos y acciones
1-Todos los comienzos son arbitrarios. Más, si se buscan causas para explicar un efecto. Una de corto plazo para esta fuerte caída que afecta a bonos y acciones a nivel global podría ser al dato de inflación en Estados Unidos. El último viernes, el Índice de Precios al Consumidor estadounidense (IPC) registró una tasa interanual del 8,6% en mayo, récord desde diciembre de 1981. En la secuencia, tras desacelerase a 8,3% en abril y luego del pico de 8,5% en marzo, volvió a alcanzar un nuevo máximo, al tiempo que la comparación mensual se situó en 1%, siete décimas más que abril y el mayor porcentaje desde junio de 2021. Por supuesto, la cifra superó todas las estimaciones.
Este dato decía dos cosas. Por un lado, que la inflación no había emprendido un aterrizaje suave y, por otro, que quizás la suba de tasas de la FED no había tenido todo el impacto necesario para garantizar ese camino bajista. Sabido es también que la FED no sólo actúa cada vez que sube efectivamente la tasa de interés, sino mediante sus “advertencias”, es decir, avisa antes de subirlas permitiendo al mercado un reacomodamiento (gradual y bajista).
La Fed y las tasas
2-Como es lógico, una mayor presión de los precios podría motivar que la Reserva Federal –que comienza su encuentro mañana- ajuste de forma más agresiva la tasa de interés. Incluso algún gobernador de la FED ya sugirió (pero después se desdijo) que harían falta incrementos de 75 puntos porcentuales para ganar velocidad de acción. Hasta ahora, en marzo había subido 25 puntos porcentuales y en mayo 50 puntos. Así, pasó a situarse en un rango de entre 0,75 y 1%. Una tasa más elevada no sólo hace más atractivos determinados rendimientos y produce un “vuelo a la calidad”, sino además vuelve más caro el capital en aquellas compañías que lo necesitan para crecer, típicamente las firmas de tecnología e innovación. También a las criptomonedas y todo el universo que le es familiar.
Inflación
3-Si bien es más complejo, baste mencionar que la inflación no sólo obedece al incremento de los alimentos y la energía a nivel global producto de la guerra en Ucrania. También juega en Estados Unidos la fuerte demanda posterior a la pandemia, con una oferta que no resulta suficiente para abastecerla, lo que hace que los servicios también ajusten su precio al alza. Hay datos que indican que el poder de compra de los estadounidenses perdió por decimocuarto mes consecutivo ya que el salario promedio por hora subió un 5,2% anual, tres puntos por debajo de la inflación.
Acciones
4-Si se suma un escenario con el costo del dinero más caro (suba de tasas), una probabilidad de que la FED tenga que seguir encareciendo el dinero (préstamos) y un poder adquisitivo en descenso, entonces el escenario de una recesión podría acercarse peligrosamente. He ahí otra razón para que los mercados de acciones tengan fuertes descensos. Tratándose de inversiones de riesgo, las criptomonedas también quedan atrapadas en estas lógicas. Para intentar un último análisis, súmese a todo esto que los números representan un problema para las aspiraciones del presidente Joe Biden en las elecciones legislativas de este año, siendo la inflación uno de los puntos más cuestionados en la opinión pública.
¿Hasta dónde debiera llegar la FED? ¿Es válido pensar que puede aplicar sucesivas subas hasta que frenen los precios? ¿Puede correr el riesgo de generar una recesión? ¿Y si se demora para no generarle un impacto político a Biden puede crece el riesgo de mayor inflación aún?
Argentina
5-Para otro enfoque queda el impacto en la Argentina. No sólo acciones de empresas con actividad extrafrontera y bonos soberanos podrían perder nivel (y lo están haciendo), sino además los mercados de materias primas podrían desandar el camino alcista con la consecuente caída en el ingreso de divisas en las reservas del BCRA. Por supuesto, la apreciación del dólar en el mundo (producto de la suba de tasas se venden monedas emergentes y se compran dólares) también pondrá mayor exigencia en nuestro Banco Central, al margen de que mayor riesgo refuerza, ahora, la posibilidad de que inversores institucionales comiencen a evaluar cambios en sus estrategias de inversión, pidiéndole al Gobierno más tasas en pesos. Los dólares financieros podrían comenzar a transitar un camino alcista en función de esto último. También el dólar blue.