"Es la primera vez que todos los candidatos a presidente hablan de minería" , Alejandra Cardona
Elecciones04/08/2023Por Florencia Barragan
Por primera vez, la minería se impuso en los discursos de los principales partidos políticos de cara a una elección presidencial. En una entrevista con Ámbito, la directora ejecutiva de la Cámara de Empresarios Mineros (CAEM), Alejandra Cardona, explicó a qué cree que se debe este cambio. Oriunda de Salta, Cardona lleva 20 años ligada a la industria minera y desde el año pasado se incorporó en CAEM. Anticipó que seguirá el boom del litio y se mostró a favor de los proyectos de industrialización. Sin embargo, mencionó que con las mismas condiciones que se desarrolla el litio no podrá desarrollarse el cobre. Se trata de un mineral en donde hay tres proyectos avanzados, en donde la inversión promedio se eleva a u$s 5.000 millones.
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Alejandra Cardona: Los proyectos principales son 19, hay de litio, oro, plata, plomo, zinc, borato, carbón y canteras a lo largo de todo el país. Y después un listado de unos 30 con un grado de maduración avanzado, pero para que pasen a la etapa de la construcción y producción necesitarían recibir algunas luces verdes. Los temas suelen ser la cuestión cambiaria, la disponibilidad de divisas y el pago de las importaciones, hay problemáticas compartidas.
P.: ¿Cuáles están más cerca de concretarse? ¿Y cuáles más lejos?
A.C.: Los proyectos de litio en las provincias del norte son los que más están avanzando y hay muchos que para 2025 ya los vamos a ver entrar en producción, porque ya cerraron sus condiciones para poder continuar. Distinto es en el caso del cobre, donde hay proyectos muy importantes, como Taca-Taca en Salta, Josemaría, El Pachón y Los Azules en San Juan y Mara en Catamarca. Pero en este segmento las empresas entienden que con las variables actuales que hay, con las que los proyectos de litio avanzan, en el cobre no pueden hacerlo. Necesitan otras condiciones.
P.: ¿Qué condiciones necesitan los proyectos de cobre?
A.C.: El volumen de inversión es cuatro o cinco veces mayor para un proyecto de cobre que para uno de litio. El promedio son u$s 5.000 millones por proyecto. Los tiempos de desarrollo de la inversión y el recupero también son bastante más largos en el tiempo. La magnitud requiere obras de infraestructura accesorias que deben construir junto con el desarrollo para que puedan entrar en producción. Entonces son bastante más complejos. Por eso conformamos la Mesa del Cobre. Porque las empresas dicen, necesitamos de todas estas variables que confluyan, y eso va a hacer que nuestro proyecto recién se vea materializado en 2027. Hay casi un período político completo. Necesitan contar con estabilidad, certidumbre, acceso a divisas, que los desembolsos de inversión puedan tener un recupero dentro de los plazos establecidos. Las retenciones es otro tema, porque en otros países lo normal es promocionar a este sector, no desincentivarlo. Se las ve como una penalización.
P.: ¿Se necesitaría un régimen especial para el cobre?
A.C.: No. En el fondo, el pedido es un rescate de la ley de inversiones mineras, que no se cumple desde el 2007, y daría mayor fluidez a las inversiones. Hubo algunas resoluciones que fueron modificando el régimen y no se respeta la estabilidad fiscal, como con las retenciones, o la limitación de las divisas. Hay empresas que hace 4 años no pueden girar dividendos. Esa falta de claridad hace que las inversiones se pongan en pausa. Por eso, al día de hoy todos estos proyectos solo avanzaron en sus desarrollos técnicos y de ingeniería. Es una picardía no desarrollarlos, porque no solo aportan desde lo económico para el país, sino también el cobre va a tener una demanda enorme internacional.
P.: ¿El boom del litio cree que va a seguir?
A.C.: Siempre puede haber algo que lo perjudique, con la aparición de un sustituto, es un fantasma que se considera. Pero hoy el litio es lo que funciona para las baterías. A escala global, todas las previsiones son que la demanda va a seguir siendo sostenida.
P.: ¿Adhiere a la teoría de Gerardo Morales de que las inversiones vienen acá por la intervención en los países vecinos?
A.C.: Es cierto que Bolivia y Chile tienen un fuerte componente de presencia del Gobierno y ciertas normativas que vuelven menos atractivo el destino para el inversor, aun cuando las condiciones económicas puedan ser un poco mejores. En el caso de Bolivia, también confluyen cuestiones técnicas, hoy no es posible producir la química en sus salares por la composición del agua de salmuera. En Argentina, tenemos el beneficio de tener un producto de muy buena calidad. Si siguen así ambos países, Argentina rápidamente los superará en producción en pocos años.
P.: ¿Qué piensa de los proyectos de industrialización del litio, como la planta de baterías que se inaugura en septiembre?
A.C.: Está buenísimo que se hagan. Ojalá haya más desarrollos de ese tipo, porque significa que hay inversión. No lo vemos como una disyuntiva, porque para que exista una planta de celdas, tiene que haber una industria que genere el carbonato de litio. Entonces bienvenido.
P.: Con el cambio de gobierno, ¿esperan cambios en la política económica?
A.C.: Mi opinión personal es que esto es una coyuntura y lo que todos estamos esperando es que pase. Entendemos que a partir del año que viene el escenario va a ser distinto. Superada la sequía, se puede aventurar que puede llegar a haber menos restricciones cambiarias. Porque también un cambio de gobierno, no importa cuál sea el signo político, puede traer una nueva atmósfera. Y a nivel sectorial, escuchamos a la mayoría de los candidatos hablar de minería en la campaña, como un sector tenido en cuenta, que están mirando, entonces esperamos que quien asuma busque potenciarlo. Nos visitaron y no plantearon que no van a seguir las condiciones actuales, pero que tampoco va a cambiar todo de la noche a la mañana.
P.: ¿Qué piensa de ver a la mayor parte de los candidatos hablando a favor de la minería?
A.C.: No es algo común, te diría que es la primera vez que pasa, y es algo que siempre comentamos acá en la cámara. Cada uno le pone su impronta ideológica, pero todos hablan de minería, y ese es el dato que nosotros tomamos. Los candidatos de los dos principales espacios hablaron a favor. La izquierda no escuché, pero hace unos años cuando cerró una mina en Jujuy reclamaron la reapertura para que los trabajadores mantengan sus empleos. O por ejemplo Juan Grabois también habló de minería, aunque en un sentido más proteccionista y de exaltación de lo nacional. Planteó que el recurso es nuestro y que tenemos que desarrollarlo nosotros. Tiene su tinte, pero no le está diciendo no a la industria. Está bueno que hoy por hoy, en las agendas de todos los que van a tener alguna incidencia en los procesos de toma de decisiones, esté presente esta industria y también considerándola como algo que antes no se consideraba que fuera posible, que no es una industria que incluya y conviva con otras.
P.: ¿Qué explica estos cambios?
A.C.: Antes era mala palabra hablar de minería, porque creo que se utilizaba como polarización ideológica. Estaban los de una ideología que estaban a favor, y los de otra se paraban en contra. Antes se identificaba como algo malo, y hoy ya no. Cada uno tiene sus matices. Pero la gran mayoría toma al sector minero y energético como que puede contribuir a mejorar la situación del país, a nivel inversiones y exportaciones, pero también las posibilidades a nivel global por la electromovilidad y el momento del litio. Las inversiones se traducen en empleo, proveedores, economías regionales, y todo en provincias eternamente postergadas. Es una agenda muy federal. También los gobiernos de las provincias hicieron mucho, incluso aunque cambien los signos políticos.
P.: ¿Notan la misma aceptación y licencia social en la sociedad?
A.C.: Hay provincias como Chubut donde hablar de minería es vidrioso. En otras como Mendoza, que tienen proyectos de muchísimo valor, pero que enfrentan restricciones normativas. Y después hay focos de conflictividad con comunidades originarias, como ocurrió en Jujuy o Catamarca. Pero afortunadamente en Argentina en la mayoría de los distritos no hay conflictividad. Hay otros países donde los conflictos sociales son mucho más crudos, o hay otras problemáticas como la minería ilegal, en el caso de Colombia. Son 3 puntos del mapa que hay 30 proyectos. Antes la discusión era minería si o no, hoy es minería cómo, con mucha más conciencia ambiental. En una sociedad hiperconectada quieren saber cómo lo vas a hacer y también hay mucha más información disponible.
Ámbito