Érica es una joven de 23 años que es vendedora ambulante de chicles y tiene su recorrido en el centro, principalmente en las peatonales. Todos los días viaja en colectivo desde San Agustín para ayudar a su familia a que salga adelante.
La muchacha, en una de sus tantas rondas de ventas, fue vista por un hombre de 25 años que, con empatía, se le acercó para entregarle $10.000 a modo de ayuda. "Vi que era muy trabajadora, que a diferencia de muchos que cobran planes sociales y no se esfuerzan por salir adelante, ella todos los días está en la calle", dijo el joven a Que Pasa Salta.
Con mucho esfuerzo, sobre todo estos días de frío, vende chicles a $500 cada uno y tres por $1.000. Además no solo recibe efectivo, sino también transferencias.
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