Un estudio reciente de la Universidad de Stanford, publicado en la revista Psychiatry Research puso en manifiesto la importancia del sueño en la salud mental y emocional. El trabajo incluyó un estudio a más de 73.000 adultos y encontró que acostarse tarde incrementa significativamente el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad y depresión, además de vincular este hábito a comportamientos perjudiciales.
La investigación liderada por Jaime Zeitzer subrayó que el horario del sueño no solo afecta al descanso físico, sino también al bienestar psicológico, marcando la importancia de ajustar las rutinas nocturnas para proteger la salud emocional.
De acuerdo al estudio, las personas que se duermen después de las 01:00 tienen entre un 20% y un 40% de probabilidades de experimentar trastornos mentales incluyendo la ansiedad y la depresión, en comparación de personas que se duermen más temprano.
Se debe destacar que este impacto no está limitado por las preferencias naturales de cada persona, conocidas como cronotipos.
El cronotipo, que determina si alguien es naturalmente más activo durante el día o prefiere la noche, no modifica los riesgos observados. De hecho, incluso aquellos con una predisposición natural a la vida nocturna (los llamados “noctámbulos”) mostraron una mejora significativa en sus indicadores de salud mental cuando lograron adoptar horarios de sueño más tempranos. “Los noctámbulos que seguían un horario tardío tenían entre un 20% y un 40% más de probabilidades de ser diagnosticados con un trastorno de salud mental”, afirmó Zeitzer en el estudio mencionado.