La vida de Lautaro Teruel en la cárcel, celda compartida, televisión y partidos de fútbol
Lautaro Teruel protagonizó sin duda alguna uno de los hechos judiciales más dolorosos para la sociedad salteña, cuando salió a la luz graves hechos de abuso sexual contra una menor y luego otro en perjuicio de una joven. Tras una exhaustiva investigación los delitos fueron probados y recibió una condena de 12 años, ahora vive dentro de la Unidad Carcelaria I de Villa las Rosas. InformateSalta pudo conocer en exclusiva como transita sus días.
Desde su ingreso fue asignado dentro del pabellón F, uno de los más tranquilos para la convivencia, allí todos sus compañeros se enteraron que está condenado por abuso sexual gravemente ultrajante agravado por las circunstancias de su realización reiterado en concurso real (cuatro hechos), en concurso ideal con corrupción doblemente agravada por tratarse de una menor de 13 años y por mediar engaño en concurso real con abuso sexual con acceso carnal.
Lautaro se encuentra bien anímicamente y si bien es de pocas palabras logró integrarse a esa comunidad y mantiene una buena relación con todos sus compañeros.
Según pudo conocer InformateSalta su comportamiento es tranquilo, y ya comparte varias actividades con sus compañeros como jugar al fútbol, sale dos veces al día al patio y las canchas que están disponibles para recreación.
Comparte la celda con otros dos internos y tienen una televisión disponible para matar el tiempo, que todos los internos reconocen pasa lento.
Desde su ingreso tuvo que adaptarse a los horarios del lugar, tanto para realizar las cuatro comidas como para compartir diferentes espacios.
Respecto a las visitas, tiene la suerte de recibirlas, ya que hay varios internos que no tienen esa suerte porque sus familias no se llegan hasta el lugar. En el caso de Lautaro, quienes más lo ven son sus hermanos, no así sus padres, aunque se desconocen los motivos.
Si bien las visitas pueden llevarles alimentos, ropa, e insumos, Lautaro no ha recibido esos regalos a pesar de que todas sus necesidades básicas están cubiertas.
El encierro no fue algo nuevo para él, porque cuando el caso salió a la luz permaneció privado de su libertad por dos años en la Alcaidía General, luego su abogado logró que reciba una prisión domiciliaria y en esa instancia llegó al juicio.
Tras conocerse la condena se ordenó su inmediata detención y traslado al penal, durante las audiencias se mostró arrepentido y pidió perdón a las víctimas y a su familia.