Sociedad24/09/2023

Un basural lleva casi dos años ardiendo en medio de los Valles Calchaquíes salteños y temen una posible explosión

PELIGROSA DESIDIA. Los municipios de Cafayate, Animaná y San Carlos adeudan millones al consorcio que administra el vertedero.

Desde hace un año y medio que arde un enorme vertedero de basura, ubicado en pleno corazón de los Valles Calchaquíes salteños, gestionado por los municipios de Cafayate, Animaná y San Carlos.

La situación no es menor y las autoridades están al tanto. En 2022, un grupo de especialistas realizó un relevamiento del lugar, pero nada o casi nada ha cambiando desde entonces. 

En aquella oportunidad, los profesionales señalaron que se produjeron numerosos incendios en el vertedero. Las causas son difíciles de determinar y argumentaron como algunos de los posibles motivos a la presencia de cenizas calientes, chispas, combustión espontánea, reacciones químicas e incluso que hayan sido provocados intencionalmente.

Los efectos de la quema de residuos es a todas luces perjudicial en diferentes aspectos: acarrear problemas de visibilidad, genera emisión de gases, la presencia constante de partículas suspendidas y la sedimentación de las cenizas. Eso, de acuerdo a los entendidos, pone en riesgo de contaminación a los acuíferos superficiales de la zona.

El concejal cafayateño Mauricio Aguirre contó que los ediles de su municipio, los de San Carlos y de Animaná aprobaron la Emergencia Ambiental. “Estamos todos muy preocupados. La solución depende de los recursos. Tenemos que salir a tocar puertas. Les informamos a los intendentes de los tres municipios y a los legisladores, pero no obtuvimos ninguna respuesta”.

Aguirre recordó, además: “Hay una deuda millonaria con el consorcio. Cafayate adeuda $11.000.000, San Carlos $4.000.000 y Animaná $3.000.000. Todos dicen no tener plata para pagar. De acuerdo a lo que pudimos averiguar, controlar el incendio costaría unos $30.000.000, porque primero hay que tapar toda la trinchera con arcilla para taponarla, eso impediría el acceso de líquidos y sofocaría el fuego”.

El edil contó que hoy el incendio se extiende a unas 4 hectáreas de forma subterránea. “Eso lo pudimos corroborar a través de un dron especial que capta las temperaturas. Hay otro problema. Antes había chimeneas para liberar los gases que se producen en las capas inferiores, pero una máquina que entro para apisonar, las derribó. Tenemos miedo de que se esté formando como una garrafa abajo, que un día pueda estallar. Hay gente trabajando cerca. Hoy por hoy se dan algunas pequeñas explosiones”, detalló Aguirre.

El vertedero, de unas 4 hectáreas, se encuentra ubicado a unos 500 metros al este de la ruta nacional 40, en jurisdicción de Animaná y a unos 5 km de Cafayate.  Allí se realiza la disposición final de los residuos de las localidades que integran el consorcio.

El informe estuvo a cargo de las ingenieras en Recursos Naturales y Medio Ambiente, Daniela Quintero y Fernanda de la Zerda. Hoy, algunos concejales cafayateños señalan que el incendio es mayor y que también ha crecido la preocupación por sus consecuencias.

El estudio detalla, además, que en el predio del consorcio existen instaladas 13 cámaras que no funcionan por falta de mantenimiento, dificultando el control de lo que sucede en el vertedero en los horarios en que no hay personal, Advirtieron entonces, que la quema de residuos sólidos urbanos iría en aumento. Y así sucedió.

Las ingenieras habían informado que dicho cuadro se traduce en “migración de contaminantes ya sea en forma de gas y lixiviados, en los cuales los contaminantes liberados (en las cenizas, en el suelo y en el aire) pueden incluir: metales pesados, hidrocarburos del petróleo, compuestos orgánicos semivolátiles, bifenilos policlorados, dioxinas y furanos; siendo el suelo el medio que recibe directamente los contaminantes contenidos en la ceniza de la basura”.

En la región donde se encuentra el vertedero viven más de 30.000 personas. Se calcula que cada una genera 1 kg de residuos diarios promedio. Estos niveles suben considerablemente los fines de semana y en la temporada alta, por la presencia de turistas. Es decir, crece el volumen de residuos y no hay donde depositarlos de manera segura. 

Por esa razón, en la segunda mitad del año pasado se optó por acopiar los RSU a cielo abierto, cerca de la planta de reciclaje y del ingreso al predio. La modalidad continúa hasta hoy lo que ocasiona la voladura de bolsas, malos olores y contaminación visual, factores que podría afectar dos de los principales motores de la economía local, como lo son el turismo y la vitivinicultura.

El consorcio de residuos fue inaugurado en 2016. Era una infraestructura modelo que generaba orgullo en la región, ya que cumplía con todos los parámetros para una gestión eficaz de los residuos sólidos urbanos y contaba con una moderna ecoplanta. Tiempo después, en febrero de 2017, ya se advertía que la enorme trinchera que recibía los residuos de Cafayate, San Carlos y Animaná estaba colmatada.

Las primeras llamas se generaron en el lugar en marzo de 2019. Luego le sobrevinieron otros focos de incendio que se extendieron hasta hoy.

Actualmente la basura se deposita en cercanías de la ruta 40, a unos 200 metros. “Se la deja ahí a cielo abierto, porque no hay trincheras. La situación es crítica”, concluyó el concejal Mauricio Aguirre. /El Tribuno Salta