Decía que la llevaba a jugar con sus otros hijos, pero sólo la quería para abusarla
Padrastro fue condenado a una pena de cinco años y medio de cárcel por los reiterados abusos sexuales cometido a su hijastra, de tan solo 7 años. El acusado salió esposado de la sala de audiencia. Su ex mujer había pedido que no vaya preso.
El 28 de noviembre pasado, en una de las numerosas audiencias de juicio que se llevan a diario en la ciudad judicial, la jueza Cecilia Flores Toranzos, de la Sala IV del Tribunal de Juicio, condenó a un vecino del barrio Vicente Sola a una pena de 5 años y 6 meses de prisión.
La sentencia se dictó en el marco de un juicio abreviado, en el que la jueza dio por homologado el acuerdo presentado por la fiscalía y la defensa respecto al imputado, de 50 años, a quien consideraron penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de su hijastra.
El acusado había llegado en libertad al debate, por lo que la jueza ordenó que sea detenido y alojado en la Alcaidía Judicial, a la espera de su traslado al penal de Villa Las Rosas, donde deberá cumplir ahora la pena impuesta, lo que fue consentido por el abusador en la audiencia de juicio.
Al exponer el caso, la fiscalía indicó que “dados los elementos colectados, en especial, los dichos expresados por la victima quien sufrió tocamientos en sus partes íntimas y besos en la boca en un número de diez veces”, según lo referido por su madre, en la denuncia radicada en 2021.
En su relato, sostuvo que los abusos ocurrieron en el 2020 en la casa de los padres de su ex pareja, quien solía ir a buscar a su hija para que juegue con sus otros hermanastros, pero en realidad sus intenciones era otras, totalmente distintas.
A partir de las pruebas reunidas y la confesión del imputado, para la fiscalía “ha quedado plenamente acreditado que el causante ha menoscabado la integridad sexual de la niña, toda vez que el mismo realizó actos de tocamiento sobre la misma al sacarle la ropa, ponerla de espalda, colocarla por encima y tocarle sus partes íntimas y darle besos en la boca en reiteradas oportunidades”.
“Me estaba haciendo daño”
En otra oportunidad, el acusado solía agarrarla y hacerla entrar al baño tocándose su pene mientras se bañaba delante de la niña. Al respecto, la propia menor, en su declaración, explicó el daño sufrido. En cuanto a la mecánica de los abusos, dijo que su padrastro “me estaba haciendo daño como hacen los grandes, el comenzó a sacarme el pantalón la remera, se me encimó, estaba sin ropa, él me dio vuelta, se puso encima de mí y me tocó…, pasó varias veces, como 10 veces”.
En su denuncia, la madre de la menor afirmó que los hechos ocurrieron en el domicilio del imputado, de quien ya se había separado. No obstante, surge que el imputado llevaba a sus hijos y a la menor a su domicilio para que compartan con sus otros hermanos, lugar donde residen también otros familiares, por lo que no se puede sostener con certeza que los niños se encontraban bajo el exclusivo cuidado del imputado.
Al respecto, la jueza entendió que de los agravantes que presentaba el caso, se descarta el de la guarda pues se producían en el domicilio de su familiar cuando la niña iba con los mellizos, y el imputado residía en el lugar con una permanencia relativa y no resultaba ser el imputado la principal persona a cargo de la guarda.
Al responder sobre la situación de su hija, la madre reveló que la misma “en la actualidad está bien va a la escuela, le va bien. No quiere ir al psicólogo y pide ella que no se la obligue y está tranquila. Dijo también estar de acuerdo con la pena que se le impone, aunque que no se siente bien y quería que su pena se cumpla en libertad”.
Sobre este aspecto, los integrantes del tribunal le explicaron que eso no se puede. A lo que se le explicó que la pena que le corresponde por el acuerdo celebrado por las partes y conforme lo establece la ley.