Por qué el cigarrillo electrónico es una falsa alternativa para dejar de fumar

Muchos fumadores lo usan como paliativo para abandonar el vicio, sin embargo, los perjuicios de estos aparatos, no regulados en Argentina, por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), son muchos.

Salud 02/10/2016

Para un fumador, el vicio es un hábito casi imposible de dejar. La adicción psicológica y química es uno de los grandes problemas. Por ello, a la hora de decidir terminar con ese hábito, los fumadores intentan con todo: parches, pastillas, chicles y otras maneras, muchas veces, sin resultados positivos. Sin embargo, en la era de la tecnología, los fumadores encontraron un paliativo que se convierte en una falsa alternativa para dejar de fumar: los cigarrillos electrónicos.

Estos aparatitos, no regulados en nuestro país por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), se han convertido en una alternativa para aquellos fumadores que les cuesta dejar de fumar, o que simplemente no desean renunciar completamente al hábito.

Si bien no cuentan con el marco legal ni el aval de las autoridades sanitarias, los mismos se comercializan tanto en nuestra provincia como en regiones aledañas. Incluso, muchos viajan a Chile para comprarse el suyo, a precios realmente económicos.

 

“En el momento en que salieron al mercado, lo que se buscaba con estos cigarrillos era que los fumadores recibieran nicotina sin percibir el resto de los productos que tiene el tabaco normal, que son más de cuatro mil. Sin embargo, a la hora de su elaboración, existen una serie de elementos que también son peligrosos para la salud. A partir de esto, la ANMAT lo prohibió expresamente en nuestro país, de modo que aquí no pueden comercializarse”, explicó el neumonólogo Ramón Alchapar (Mat.2875), miembro del Programa Provincial de Control del tabaco de Mendoza, dirigido por Laura Villavicencio.

 

Características de un cigrarrillo electrónico

Es un sistema electrónico, creado en China en el 2004, que utiliza una pequeña batería para calentar una solución líquida y convertirla en aerosol.

Su diseño generalmente imita un cigarrillo, un cigarro o una pipa. En general, el aparato contiene un cartucho recambiable o recargable pero también existen cigarrillos electrónicos descartables. 

Las principales sustancias que contiene el líquido son: propilenglicol (generalmente alrededor del 70%) y/o glicerina vegetal (generalmente alrededor del 20%), nicotina en diferentes dosis (entre 0 mg y 54 mg/ml), sabores y aromas.

 

“El problema es que las temperaturas que levanta para producir el aerosol (porque no es vapor el humo que se expulsa) genera una descomposición del propilenglicol que se transforma en sustancias cancerígenas, varía mucho por las dosis utilizadas. La glicerina produce otro tipo de sustancias tóxicas, utilizadas en medicina como desinfectantes que, en dosis elevadas son también cancerígenas. Esto por nombrar solo algunos de los riesgos a los que se enfrenta una persona que desea fumar con este tipo de aparatos”, refirió Alchapar.

Consecuencias para la salud

Es posible que las personas que utilizan solamente cigarrillos electrónicos estén expuestas a menos sustancias tóxicas que cuando fumaban cigarrillos convencionales pero es difícil evaluar qué absorbe cada fumador.

 

“El que quiere dejar de fumar le recomiendo que en vez de buscar estos mal llamados “paliativos” haga un tratamiento adecuado. Este tipo de alternativas no conducen a ningún lado. Es como si un alcohólico decide dejar de tomar vino y comienza a tomar cerveza porque ésta tiene menor grado de alcohol. Estamos buscando alternativas inconducentes. No son productos que sean sanos, trae consecuencias muy graves”, manifestó el especialista.

Entre las consecuencias negativas, el especialista habló de asma, neumonías, incluso, puede generar la muerte de un menor ya que la nicotina es un veneno.

Al igual que con los cigarrillos comunes, los no fumadores también están expuestos a la nicotina y las sustancias tóxicas de estos aparatos cuando están expuestos al aerosol que se expide en lugares cerrados.

Está claro que para las adicciones no existen paliativos, sólo basta con tomar la decisión y afrontar la responsabilidad. Existen las recaídas, claro que sí, pero no siempre está todo perdido.

“Con un tratamiento adecuado se puede lograr los resultados alcanzados. Para ello, hay que estar decidido de los perjuicios que ocasionan los vicios y tomar la decisión. Es decir, si quiere un paciente dejar de fumar lo tiene que hacer sin buscar este tipo de alternativas que no están comprobadas que sirvan para dar cesación tabáquica”, sostuvo el médico.

 

Los que estén decididos a dejar el cigarrillo pueden consultar diferentes tratamientos que se realizan en forma gratuita en el hospital Lencinas, Lagomaggiore, el Centro de Salud Nº25, de Las Heras; en el DAMSU y OSEP (en forma privada). Alternativas hay y muchas, sólo basta tomar la decisión.

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