¿Cuánto ganan, de verdad, los argentinos?
Se amplió un poco la brecha entre los que más ganan y los que menos reciben.
Economía01/10/2017Clarin/ El 59,5% de la población urbana —proyectada a todo el país son unos 24 millones de personas— recibe todos los meses ingresos “tanto laborales como no laborales”, como salarios formales o informales, jubilaciones, pensiones, honorarios o prestaciones sociales. Y las cifras del INDEC, del Informe “Evolución de la distribución del Ingreso” de la Encuesta permanente de hogares (EPH), señalan que la mitad de toda esa gente percibió en el segundo trimestre de este año menos de $10.000 mensuales. En promedio, el ingreso de los 24 millones de personas fue de $12.503 mensuales.
En tanto con relación a un año atrás, la brecha de ingresos por habitante del 10% de los de mayores ingresos con relación al 10% más pobre subió de 19 a 20 veces. En tanto el coeficiente de Gini —un índice que mide la desigualdad de ingresos— también subió un peldaño (de 0,427 a 0,428), Ambos indicadores marcan un leve deterioro en la distribución del ingreso, aunque para el INDEC pueden atribuirse al margen de error muestral de este tipo de encuesta. De todas maneras, se trata de un deterioro o estancamiento con relación al segundo trimestre de 2016, cuando la economía estaba en plena recesión con pérdida de empleos.
Los datos oficiales marcan niveles de ingresos muy bajos para una porción más que importante de la población que explican los todavía elevados niveles de pobreza; también, que el disponer de un ingreso laboral no exime a mucha gente de estar por debajo de la línea de pobreza, que las prestaciones sociales son una “ayuda” que mitigan la indigencia pero no logran sustraer a la mayoría de la pobreza. Además, la estructura de ingresos es muy desigual entre los ocupados con altos porcentajes de precariedad e informalidad laboral.
La radiografía del INDEC dice que tomando los ingresos de los hogares, donde pueden existir uno o más ingresos de los integrantes del grupo familiar, la mitad de las familias percibió menos de $ 18.400, mientras el ingreso promedio fue de $ 23.502.
Diferencias
La estructura de ingresos de las personas marca que el 50% de la gente con ingresos más bajos recibió el 21,7% de la “torta” y la otra mitad se quedó con el 78,3%. El 30% más “rico” absorbió el 57,5%, mientras el 30% más pobre, el 9,4%. Y el 10% de mayores ingresos se quedó con el 30,5% y el más bajo, con el 1,4%.
Si se desciende algunos escalones, el 30% de la población con ingresos —suman 7,2 millones de personas— cobró menos de $6.200 mensuales, mientras que el 10% percibió apenas menos de $3.000.
Por su parte, la distribución del ingreso marca que del ingreso total de los hogares, el 30% más rico se queda con el 57,5% del total y el 30% más pobre, con el 10,4%. En tanto, el 10% más rico recibe el 28,4% del total, y el 10% más pobre, apenas el 2%. A su vez, el 10% de los hogares más ricos recibe lo mismo que el 55% de los hogares menos favorecidos.
En tanto, de los que están ocupados en una actividad laboral formal o informal, asalariada o no (que se calcula en unos 16 millones de personas) la mitad cobró menos de $10.000 mensuales y participó con el 23,1% del total de los ingresos. La otra mitad se quedó con el 76,9%. Los ocupados incluyen a los obreros y empleados en relación de dependencia, los por cuenta propia (monotributistas y autónomos), profesionales, estén o no registrados en la Seguridad Social. El ingreso promedio fue de $12.883. Además, hay 1,5 millones de desocupados.
La pirámide de ingresos se torna más reducida y desigual a medida que se desciende algunos escalones. Así el 30% de los ocupados —5 millones de personas— cobra menos de $7.000. Un escalón más abajo, el 20% o 3 millones de ocupados, percibe menos de $5.000. Y hay una franja del 10% que cobra menos de $3.000 por mes.
Si se considera solo a la población asalariada, los que están registrados tuvieron un ingreso promedio de $16.628 y los que se desempeñan en negr, apenas $7.548. Los asalariados informales representan el 33,8% del total (más de 4 millones de personas) pero casi la mitad cobra menos de $6.000. La informalidad laboral, ya hace tiempo, es un rasgo estructural del mercado laboral argentino.