De la tristeza y la bronca, a una alegría terrible. Eso es lo que sintió Marcela Chocobar, directora de la Escuela Urquiza cuando recibió un inesperado llamado que la ayudaría a poder pintar y tapar los grafitis que quedaron en sus paredes tras la marcha del Día de la Memoria.
La docente contó a Somos Salta que Liliana Chávez, tesorera de Pinturería Martel, se enteró de lo sucedido por las noticias e inmediatamente se comunicó con ella para ofrecerle su ayuda. El negocio decidió donarle la pintura y todos los elementos necesarios para volver a dejar la escuela en condiciones.
“Vino la señora con la pintura y también con pintura blanca para las escaleras, amarilla, con las lijas, el latex, con todo lo que necesitábamos y un poco más. Así que felices. Vino el pintor y me dijo que me iba a rebajar el precio y al final se ofreció a hacerlo gratis. Hoy vengo y la veo así a la escuela, estoy feliz,” expresó.
Lo que más les afligía es que este año el establecimiento educativo cumple 140 años de su creación y querían embellecer el frente, arruinado por el accionar vandálico de unos cuantos. Sin embargo, gracias a la solidaridad de un comercio, de los padres, docentes y los propios alumnos, pudieron cumplir un “sueño”, el que creía que iba a demorar en cumplirse.