En vivo: Participá desde tu casa de la misa de Domingo de Ramos con InformateSalta

Compartimos parte de la homilía del padre Martín Farfán

Es una Semana Santa especial y única, como cada oportunidad que Dios nos regala. Qué lindo que a veces se nos muevan las estructuras y tengamos que cambiar. Este cambio externo tiene que ser también un cambio interior. Es un tiempo único en la iglesia, algunos se preocupan por Via crucis, si va a haber lavatorio de pies, procesión de ramos, pero tenemos que agradecer que estamos vivos y podemos seguir generando espacios de vida para nuestros hermanos.

Hemos hecho la bendición de ramos, han puesto en las puertas de sus casas algún ramo, tienen en su mesa alguna rama que ya está bendecida. Que lindo que redescubramos una gran verdad. La iglesia no es el templo, es la familia, sos vos. Hoy podemos decir ‘la Iglesia soy yo’.

Así como Jesús entró en Jerusalén, hoy entró en nuestros hogares a través de la tecnología, las redes sociales y los medios de comunicación. Hemos proclamado juntos el evangelio. El texto nos dice mucho, quienes reconocen a Jesús son las personas sencillas, la gente capaz de darse cuenta que a Jesús se lo necesita, que es el centro. Hoy que nos parece que toda seguridad humana se derrumba, nos damos cuenta del valor sagrado de la vida. 

Hoy el pueblo Argentino necesita de vos y de mí. En este momento de pandemia necesitamos gestos y actitudes de grandeza, pequeños grandes gestos. Jesús cuando entra, la gente puso lo que tenía mientras él pasaba, sus mantos, rama, cubrían el lugar por donde él pasaba, que representan esos pequeños grandes gestos. 

Tenemos que descubrir a Jesús en el hermano enfermo, en el pobre, en el hermano necesitado, en el que está solo, en los equipos de salud, en los comunicadores sociales, en el otro, voy a dar todo lo que tengo para que Jesús pueda pasar a nuestra vida. 

Que esta conmoción que vivimos como pueblo nos lleve a dar un paso más. La conmoción por sí sola no es buena ni mala, hay que actuar. Conmoverse y salir a actuar. En este domingo queremos descubrir lo que somos, hacer el mismo caminito de Jesús, ser servidor, servir en gestos concretos. 

Vivamos con intensidad esta semana, una semana que ilumina todos nuestros corazones. A veces nos sentimos solos, experimentamos abandono de Dios, de amigos, familia, de las instituciones. Pero sin embargo tenemos la certeza de que Dios sigue con nosotros. Pidamos a la Virgen la gracia de ir juntos a la contemplación de la resurrección.