Hace más de 25 años, Sandro González armó su primer pesebre, uno chiquito, que fue creciendo cada año hasta llegar al gigantesco que tiene hoy en día. Con sus propias manos, diseña cada detalle y abre las puertas de su casa para que todos los salteños lo puedan ver.
El hombre contó a Multivisión Federal que él nació en Cafayate, allí todo el mundo arma pesebre con pasto que la propia naturaleza les brinda, cuando llegó acá debió buscar césped artificial y adecuar los medios para no dejar de hacerlo.
“Siento mucho la llegada del Niño Dios, que nos protege, que nos da salud, que nunca falte el trabajo, el pan en la mesa a todas las familias. Y también lo hago para que la tradición no se pierda, para que los chicos lo vean”, dijo.
Sandro es técnico mecánico, con sus conocimientos en electricidad, tornería, hojalatería, herrería y un gran cariño se ocupa de cada detalle. El pesebre tiene iluminación, cascadas con agua cayendo y hasta pajaritos de juguete que empiezan a cantar cuando escuchan voces.
Este año, incluso con la difícil situación económica generada por la pandemia, pudo seguir agregándole muchas cosas nuevas. “Lo hago yo solo, tanto la parte de estructura y después la colocación de todas las imágenes”.
Finalmente, invitó a todo aquel que quiera visitarlo, a acercarse a Avenida Juan XXIII 1158, de 19 a 22:30. Pide a quienes vayan, solamente, el uso adecuado del barbijo.