De acuerdo a los testimonios que comenzaron a brindar los sobrevivientes, comenzaron a surgir detalles de un negociado que dejaba a los remeros un monto cercano a los 20 mil pesos por viaje, otro negocio pujante en la frontera.
Mientras la tarea de búsqueda y rescate de los desaparecidos aún continúa, a un lado y otro del río Bermejo, la justicia ya comenzó a investigar las presuntas responsabilidades por la tragedia que, hasta ayer, oficialmente se cobró la vida de dos personas, un hombre y una mujer.
La intervención de la Sede Fiscal Descentralizada de Orán, a cargo del fiscal federal José Luis Bruno, le dio otro cariz a las actuaciones iniciadas en torno a la tragedia suscitada el miércoles a la mañana, cuando un gomón partió del lado argentino, en Aguas Blancas, con 19 pasajeros, 4 remeros y dos pasadores.
En un comunicado, la fiscalía reportó las diligencias dispuestas a fin de seguir con la búsqueda y rescate de los desaparecidos, quienes cayeron de la embarcación o se lanzaron al agua cuando vieron que el gomón se pinchó y comenzó a hundirse.
Además de ello, se informó sobre las medidas dispuestas para determinar las responsabilidades penales en torno al caso.
La causa podría derivar en una calificación de homicidio culposo, incluso con dolo eventual, pues el crecido cauce del río, cuando se sucedió el hecho, hacía presumir claramente que todo podía terminar en tragedia.
Por ello, la fiscalía informó que ya se tomaron los recaudos para identificar a los remeros, quienes serían de nacionalidad boliviana, lo cual contradice lo afirmado por Emilio Contreras, el mismo día del hundimiento del gomón.
Contreras, quien se identificó como dirigente de la Asociación de Boteros Artesanales de Bolivia, se adelantó a sostener que los remeros del gomón siniestrados eran argentinos y que, los boteros bolivianos, dada la crecida del río habían decidido no salir a navegar.
Ayer, en tanto, los informes reportados a la fiscalía federal reportaron que la situación sería a la inversa, incluso se informó el inicio de gestiones oficiales con el gobierno boliviano para identificar a los remeros de la tragedia, quienes serían de esa nacionalidad.
Precio por cabeza
Por otra parte, y a partir de informes policiales, se pudo establecer que el costo exigido a cada pasajero para pasar de una orilla a otra ronda la suma de mil pesos. Este monto, según fuentes policiales, también fue confirmado por los sobrevivientes.
En vista de la cantidad de personas que iban en la embarcación, de los cuales once eran argentinos, se calcula que los remeros habrían embolsado una suma de 19 mil pesos por el viaje, el cual finalmente no llegó a su destino, pues a mitad del cauce, perdieron el control debido a la fuerte correntada.
Por otros testimonios de vecinos, se pudo establecer que el viaje promedio por cada embarcación era de hasta 20 personas, aunque cuando el clima y el cauce acompañaba, ese número era mucho mayor, pues no era necesario más que dos remeros.
Con un estimativo de 20 mil pesos por cada viaje, el negocio del transporte ilegal por agua era más que jugoso, pues en una mañana se solían realizar entre 10 y 20 viajes, ya sea de una orilla o de otra. Se trata de una recaudación que oscila el medio millón de pesos por día.
A todo esto, cabe resaltar que las embarcaciones son totalmente precarias, por lo que no existe gasto de inversión por parte de los remeros. Tampoco hay erogaciones en materia de mano de obra, pues la mayoría conforman un mismo grupo familiar.
Responsabilidad
Si bien la principal responsabilidad está dirigida hacia los remeros, no se descarta también analizar si el Estado Nacional, a través de sus fuerzas de seguridad, como Gendarmería Nacional, es en parte responsable por este tráfico suceso.
En tal sentido, se sabe que estos viajes eran totalmente ilegales, ya que no partían de un puerto reglamentado, sino de las orillas del río, en terrenos que pertenecen a distintas fincas de la zona, cuyos propietarios también podrían ser citados a fin de informar sobre esta actividad.
Con respecto a los pasajeros, fuentes policiales informaron que los sobrevivientes informaron que el motivo del viaje fue la realización de compras en el país vecino, lo que ahora sucede desde ambos lados, pues la situación económica hizo que ciudadanos bolivianos invadan el lado argentino en busca de mercadería, en especial comestibles. Todos estos aspectos, seguramente serán analizados por la fiscalía al momento de determinar responsabilidades en torno a este luctuoso hecho.